23/12/09

(see you soon)









mi termo y yo nos vamos de viaje. primero al mar. después a la montaña. nos vamos a (des) conectar. a jugar. a cantar. a susurrar y a contar. a aprehender olores y canciones nuevas. a enchastrarnos de palabras y de niños. todo el cuerpo. a chapotear con las olas. a treparnos a los árboles. a respirar burbujas de aire rico y a bebernos enterito el sol.


                ¡chas gracias por pasar!

                      
                      m a r í a    e u g e n i a

18/12/09

imperdible






16/12/09

identificaciones










  " Casi todo me atrae. Sin embargo se alberga en mí algún buscador infatigable. ¿Por qué no hay un descubrimiento de la vida?. Algo para ponerle las manos encima y exclamar: "¿Es esto?. "Mi depresión es un sentirme acosada. Estoy buscando: pero no, no es eso… no es eso. ¿Qué es entonces? ¿Tendré que morir sin haberlo encontrado? Y luego (como anoche, cuando atravesaba Russell Square) veo las montañas en el cielo: las grandes nubes; y la luna que se está alzando sobre Persia; tengo una grande, sorprendente impresión de que hay algo allí, que es "eso"?. No es exactamente la belleza a lo que me refiero. Quiero decir que la cosa en sí basta: es satisfactoria; acabada. También una impresión de mi propia rareza, de la rareza de estar caminando sobre la tierra. También está ahí, la infinita extrañeza de la posición humana; estar atravesando Russell Square, con la luna allí arriba y las nubes como montañas. quién soy yo, qué soy, y todo el resto; preguntas que siempre flotan en torno: y de pronto doy de narices con algún hecho concreto -una carta, alguien- y vuelvo a ellos con un gran sentimiento de frescura. Y así continúa. Suelo toparme frecuentemente con este "eso", y experimento entonces un gran reposo".








VIRGINIA WOOLF
"Diario de una escritora"





 

12/12/09

microgotas de ácido se confiesan sobre el cuerpo de una mujer sin cabeza









ser una mujer es casi siempre inevitablemente
una condición
de urgencia.
y acá conviene dejar un espacio





de nuevo para que se entienda

he dicho que
ser mujer es casi siempre inevitablemente
una condición
de urgencia.


y por más que te rebeles no vas a dejar de ser
una concreta vagina dominada por conductos nerviosos
y tus deslices, voces y dobleces
esa tropilla de enanos
disputádose el reinado de la psiquis


esa mujer que cuando no lee pinta y cuando no pinta cose y cuando no cose actúa y cuando no actúa escribe y cuando no escribe posa y todo para sublimar

y de vez en cuando se compra un vestido un par de zapatitos fervorosos dos paltas y un par de aros

se toma un trago de aire por la nariz
(que no necesariamente implica respirar)
y al tiempo algo le recuerda que tiene un diafragma

como un puf
y se desinfla
y se precipita y cae por su propio peso
y despotrica
y se esmera
y palpa su cuerpo
y lo desnuda
y resuelve
una vez más desnudarse

(negándole a la conciencia el goce de desnudarse para otros)



a las actrices las tocan
y las lastiman
y las empapan con coca cola
y les acarician el pelo
y les rompen las medias
y las escupen
y las miran de abajo a arriba
y les piden que sean intensas
pero que no griten
y que no se repitan


suspendo
dejo un último espacio


porque estas líneas conviene leerlas con de te ni mien to





(el miocardio)





las manos huyen
persuadidas
imperiosas
se suicidan de los brazos
y como dardos
corren
al abordaje de la arena
el sacro se divorcia del coxis
y en esa liberación
protesta una verdad


yo soy lo que soy
(algunos días como hoy me arde llevarme puesta)

y así desquicidada
solo preciso
de vos y de mí
(en exacta medida)
un poco de amor



(como todos)

9/12/09

hoy abrí la ventana






ventana que la luz
abre para respirar

ventana souvenir

ventana señalador

ventana de bolsillo

ventana plegable

ventana descartable

ventana que tiembla

ventana amarrable

ventana de vouyeur

ventana de barullo


ventana de ventosas

ventana que le guarda
ojos a la libertad


te regalo esta ventana
con ve
que no ve.



7/12/09

sublimación














¿Cuándo fue que aprendí a oler los pasos de la lluvia?

       no se trata de emborracharse de aire con un bostezo
   ni de empañar la yema para mojar el vidrio

pido que nieve y brizne
salir desnuda y mutar en un macizo pedazo de hielo
                                                                  (para poder decir libertad)

acribillar las bandadas de palomas que no asomaron de tu boca para salvar al mundo del pánico y la sordera
                                          
                                                        
nada

ninguna cosa que haya volado puede morir en soledad.


no se trata de fingir que mañana tendremos la cáscara ni la semilla ni menos aún el cristal

en la electricidad del aire, el motor de las cosas
ahí
 urge reparar

que detrás de las sombras de las luces hay tanta belleza moviéndose
                                                          a veces imposible de soportar.

¿Cuándo fue que entendí que el amor es ahora esto que rebana entre el músculo y la dorsal?

no se trata de mi sexo desplegado como el pétalo de una flor
(ni del rocío rebalsando de mi ombligo que te negaste a beber)

no se trata de las figuras que la sal esparce sobre tu cama en las tardes de verano
(nisiquiera de la prohibición de la sal)

no se trata de la astucia de los relojes ni de merecer (te) ni de abortar
(quizás no haya una metáfora)

¿Cuándo fue que decidí dejar de lado esa nube, ese desfile desganado de suspiros por los pasillos, la única estrella que en tu espalda y mi ventana asoma para espiar?

¿Cuándo fue que aprendí a disparar balas contra el pensamiento, a subsidiar murallas de yeso, a no nombrar (te), a avergonzar (te)?

no se trata de ahogar uno a uno los silencios para no doler
no se trata de reparar en la terrible acción de soltar

pido de todo un poco
pero de tus dientes en mis senos
                                   la verdad.

tu tacto en mi carne
siempre
y que siempre
sea el único ático imperturbable
de la realidad.

que eternamente seremos aprendices de horizontes
ignotos viajeros
lúcidos amantes
del mar.

¿Cuándo fue que aprendí a vivir el resto, a desestimar los granos de azúcar, a no engordar?

se trata sí
de salir a la calle a prepotear a los semáforos con el grito y a implorar por las alas

y las alas
y las alas.

nada

ninguna cosa que haya volado puede morir en soledad.






4/12/09

en mi barrio pasan cosas




inauguración del mural +
br
indis de fin de o


con los artistas:
diego perrotta
liniers
omar panosetti
federico gonzález.

con la música en vivo de
tomi lebrero y
martín buscaglia

Te esperamos.
(el brindis empieza en la vereda)


LA TRIBU. 88.7 FM
lambaré 873







redondo redondo barril sin fondo








Volví a las burbujitas. Como cuando empecé. Me gusta la circularidad. Y los redondeles bien redonditos. Entonces la energía da vueltas, va y viene y nunca se queda estancada en ningún rincón. Por eso los huevos de La Turuleca son redondos. Y el espejito de la bailarina que llevo conmigo en la cartera es redondo. Y mi brillito de labios con sabor a coco. Por eso me llevo mal con las agendas y las computadoras. Es que no entiendo por qué los edificios y las calles no son redondas. Así es como la gente andaría más contenta y se encontraría más. Por eso me gusta tanto la luna y el sol y mi nariz roja y redonda. Y las manzanas, verdes también me gustan. Y los kiwis. Y el hueco de la guitarra piojosa. Y mis sombreros. Y las nueces y las uvas. Y los platos de sopa de estrellas calientes en invierno. Y las vaquitas de San Antonio. Y los crayones. Y los caramelos media hora. Y los caleidoscopios. Y los paragüas. Y los alfajores de chocolate. Y mi susurrador. Y mis aros violeta que son como dos ruedas de bicicleta en miniatura para colgarse de las orejas. Y me gusta vivir en mi mundo, que da la casualidad que también es redondo como el de Patricio Rey, que era mi banda favorita cuando era chica. Bah igual que el mundo de todos pero con almohadones, dibujos, hamaca, música y títeres. Y la letra a que sea bien redonda. Y me gusta mi termo nuevo, que por fortuna también es redondo. Y lo que es más divertido todavía, adentro tiene secretos apretados y mojados, de infinitos olores, como mariposas que se desabren en tu boca cuando te tomás un mate.



El de la foto es Arcadio, mi nuevo termo. Al lado, unos pimientos rojos y amarillos que lo acompañaron en el viaje desde Río de Janeiro, igual no se los ve muy cansados.



2/12/09

pase lo que pase, sea lo que sea, próxima estación esperanza










A menudo me sucede. El sábado sin ir más lejos. Cuando Manu cantó hoy día luna día pena, yo miré la luna y estaba en cuarto creciente. Había veinte mil respiraciones interactuando con el aire pero a mi me parecía que sólo las nuestras se oían. Y vos bailabas y bailabas con todo el sudor en la frente. Encendías un cigarrillo de vez en. Tenías esa remera negra gastada y las topper verdes. Tus rulos se despistaban histéricos y volvían a enfilarse azarosos en tu cabeza. Y entonces Manu decía que pasó que pasó mientras golpeaba su pecho con el micrófono. Y estábamos a un pie del cielo y de golpe pafff, Gambit nos tira abajo de un plumazo y los veinte mil agradecemos. Y vos te ibas al pogo solo. Y yo me quedaba con todo mi derroche de energía. Y con tus sobras. Y siempre volvías. Y entonces un pajarito agazapado abajo de mi piel está tramando zarpar. Veintidós recitales. Pero me acuerdo de ese. Vos te habías emborrachado. Mucho. A mí me daba miedo cuando te emborrachabas. Ese pedacito de incosciente bajo los efectos etíticos se manifestaba temible. Volvíamos de Capilla del Monte del festival de regaee y tuvimos que hacer tiempo en la terminal y vos vomitaste de lo lindo. Y no habíamos llevado nada de más. Estábamos muertos de frío. Y yo de mal humor. Y al otro día siempre era mi cumpleaños. Nos subimos al bondi y yo te presté mi vincha roja para que te la pongas en la boca porque venía un cana al lado nuestro. Y me dieron ganas de matarte. Te decía sos un pendejo y ponía cara de actriz. Y vos con todos los cajones de tu biblioteca en la mano. Con esa sensación de no sé quien carajo soy pero mañana lo sabré. La coherencia hecha vómito. Y al otro día era domingo. Y yo decía que odiaba la realidad. Y vos te ibas todo descuajeringado al diario. Decías para colmo hoy juega boca, salgo a cualquier hora. Yo me reía. Como ahora cuando Manu fuerza la máquina y rebota. Floresta y yo desistimos de nuestros huesos. No sé distinguir entre realidad y fantasía. Sí distingo que la felicidad es claramente esto. Y una vez tuvo la hache la de y la ese enlazadas en tu pantorrilla. Pero sabés, mi forma de fluir es otra. Cierro los ojos y me meto adentro de esos escondites que tengo. Y me regocijo en esas burbujitas de paredes finitas. Y vibro. No necesito explicarte. Me mirás y ya sabés. Siempre supiste todo lo que yo quería antes que yo. Como ahora cuando te cuento mi última decisión y vos rematás: ¡al fin!. Las cuerdas de la guitarra vieja de Fermín te rasguñan la espalda esquelética. Qué bien sabe la suerte del pensamiento anesteciado. Y las piernas incendiadas balanceandose. Me gusta el regaee. Una brisa de nostalgia visita fugazmente mi nuca y me despega los pelitos. Que vuelvan los buenos tiempos, rezo. Y la Mala Vida. Esa misma brisa arrasa con las hojas de todos tus libros rojos. Pienso en robarle al tiempo su plan. Como no puedo por derecha, me convierto en una corrupta y lo chantajeo. Lo sobro y me quedo con el vuelto. Todo sea por la revolución. Me apresuro la brisa en la mano izquierda. Y salto con el aire surcándome las falanges. Bien alto. Oleeeee. Que no te atrevas a arrebatarme lo que es mío. Esta es mi recaída. Que saco las uñas. Por Manu, vos y yo.










30/11/09

vertical






Allá. Que es más lejos que acá. ¿Dónde está el fin?. Desde los ojos hacia adelante, una línea vertical e imprecisa se dibuja. Confiar en la percepción se vuelve absurdo. No hay un solo celeste ni un solo gris ni un marrón acaso. No hay una ondulación. Son miles. Van plegadas como una guirnalda de papel crepé y se mueven en una coreografía prolija. Tienen brazos como hamacas. Estoy segura de que también tienen colmillos. Y muerden. Ahora, una calma ignota atraviesa el paisaje y lo contiene. Pero cuando la luz no lo descubra, quien sabe cuál será el juego. Y si lo hay. Furiosos serán los deslices del río, quizás tanto como los de mi cuerpo en el sueño. El Río de la Plata es una ventana con hendijitas que se abren o se cierran con cada capricho del cielo. Un rectangulito brillante. Una bandera. Un espejo. Un lugar por donde guardar un deseo. Demasiado cerca de la poesía y tan imposible en cualquier verso. No hay certeza más eterna que este río, ni fantasía más sabrosa que este cielo. Río y cielo galopándose, chorreándose. Y qué importa más que eso. Después vendrán los barcos, los muelles, los acantilados, los faros, los pescadores, la arena. Y más abajo, invitando, la espuma. El agua que fue clara, se enrula, se dobla y se desarma. Principios. Finales. Mutaciones. Al fin algo que fluye. Un alivio. ¿Y qué más importa?.



La foto es de Colonia del Sacramento. Uruguay.



 


19/11/09

actuar para vivir y vivir para actuar















"Cuando cae el telón, antes de llegar al camarín, existe un instante en el que uno no es nadie. Es un placer inimaginable. Voy a tratar de deslizarme al más allá por uno de esos agujeros negros".




                                                                
                                                                                                                                                                                            Copi


 en "La nuit de Madame Lucienne"







Gracias Oli por correr el riesgo de ese click.

15/11/09

definitiva



Me salgo de mi
dejo la falda a lunares 
extendida sobre el suelo
y me salgo.

Sin escándalos
como casi siempre
encaprichada
sin decírselo.

Voy al recibimiento de aquello que me falta
sin rodeos ni falsos argumentos.

Ahora soy algo
que ya no flota adentro de ningún sostén.
Me salgo porque
apretujada con esta funda llevo veintinueve años
encontrando razones que desmerezco.

Elijo este sonido y no otro:
el sonido de un aplauso.


Voy directo a él
atravieso su contorno
es acaso un fantasma
que no se previene.

Este camino me lleva
a entrometerme imprudente
en los espacios negados
de su absurda timidez.

Lejos de las simetrías de mis huesos
del perfil imperfecto de mi abdómen 
del péndulo que me dirigía
a estrolarme abnegadamente
contra el displacer. 

Lejos de la sangre. 

Permanezco en el miedo
pero no me asusto.

Me salgo de mi misma
porque en los intersticios de mis fronteras
no hay siquiera privilegios.

Soy una intrusa en mi exclusiva jurisdicción
una extranjera
migrando de cielo en cielo
mutando el plumaje de mis alas
para no pasar desapercibida
ante mis repetidos gestos.

Me salgo a cumplir una misión
descabellada
despistada
desvestida.

Dejo mi modesto equipaje:
cinco lunares en el brazo izquierdo
un par de dos fosas nasales
tres arrugas profundas en la frente 
y una falda a lunares.

Dejo todo mi patrimonio 
a disposición de los arbustos
para vivir
sublime y armoniosa
fuera de mi.



13/11/09

estrategias para la memoria a largo plazo II













Era el último Buenos Días de los chicos en Chapa y decidimos que tenía que ser en la playa. Habíamos pensado en la idea de una ronda grande y en una danza, por eso llevamos los tambores, para recibir al sol con música, como solíamos hacerlo durante toda la colonia. Cuando empezamos a formar el caminito todos tomados de la mano, era una hilera tan larga que no terminaba nunca. Finalmente la ronda fue gigante y el sonido del viento golpeando las olas lo aturdió todo. Y nosotros quietos así, empecinados en darle a eso una forma redonda, empecinados en eternizar un momento que se iba con el viento, tomados de la mano, mirándonos desde lejos, tratando de contener el llanto inevitable y agradeciendo que estábamos vivos. Cuando se me da por el desánimo me gusta acordarme de ellos, tengo sus expresiones niñas grabadas en mi disco rígido de la memoria. Sus abrazos. Sus deditos pegados a las ventanillas del micro. Sus carcajadas. Sus llantos certeros y demoledores en la despedida. Sus asombros oyendo cuentos fantásticos. Sus berriches. Algunos de ellos vieron el mar por primera vez ese verano. Otros no tenían trajes de baños y se metían a chapotear así, con los pantalones arremangados, en remera. Dichosos. Con los dientes anchos. Angurrientos y felices. Y dios existió ese verano. Y yo fui testigo.




Programa Federal de Turismo Educativo. Unidad Turística Chapadmalal. Enero '09. 




9/11/09

oleo












By Michael Klein.

7/11/09

en el almacén








Deme un azul turquesa para las mañanas de bostezos prolongados
un naranja fresco para las tardes de sombras bajo la parra
un violeta furioso para las noches de versos quebrados
un rojo intenso para los días de deseos cabizbajos
un verde de los bosques para los días sin canción ni inspiración
un gris perla para los días de cielo aturdido y sin estrellas
un amarillo espeso para los días desmemoriados y sin recuerdo
 un marrón tierra de los bosques sureños para los días de músculos quejosos
un rosa aterciopelado para las noches de besos mojados que saben a anís
un bordó obsceno para los días de almohadas entre los dientes
un blanco pálido para los días de cuerpos efusivos y extasiados
                        y un multicolor para los días de todo eso apretado en el mismo día.




4/11/09

Impresiones de mi barrio II ... ( o vamos de paseo pi pi pi )










Somos profesionales captadores de olores. Vamos a la India en este cachivache y traemos los mejores olores que encontramos, los ponemos adentro de unos rollitos de maderas de los bosques (que ya estaban talados, nosotros somos ecológicos) para que se conserven bien durante el viaje y cuando llegamos aca los vendemos. Los hay para todos los gustos, el más pequeño es del tamaño del ojo de una cobra, el más grande tiene el diámetro de la oreja de un rinoceronte (de esos que hay en la India). Algunos hablan sánscrito, otros en inglés y los más en indi y ni bien los prendés te tocan una musquita de Ravi Shankar. Say Baba antes de morirse los probó y dijo que eran buenos. Hasta purifican el alma.




( Lambaré 968. Almagro )

2/11/09

PARA LEER A LOS SALTOS

                                                                                         

                                                                                                                los desaciertos


                                                    que porfian a diario
  tu cuerpo en mi memoria 
                 y la memoria en tu cuerpo
                                                      los días hondos
  como hoy 
                                los huecos                                 cavando surcos
           

    en el alma
                                                                             los nudos apretados
en el estómago
                                                                                                                              las confusiones 
                                                                           que no me dejan ser libre
            perder batallas
                 y ganar fortaleza

    y pensar
                                                                                       y dejar de sentir
              proteger
                                     al miocardio  
                                                para no morir súbitamente
                                                                                                                          los arrojos
                                       y la vida que se escapa entre los dedos

  mis alas de colibrí
          lo que no alcanza
                                                                                                                                                                               casi todo
                       lo que sobra
                                            hoy
  casi nada
                                                                           la valentía
                                                        las desiciones
  todos
y cada uno de los días
                                                            los viajes
                las huidas
                 los retornos
                  detestables
                                                                        esa mañana fría de octubre

                                                                                   y el llanto de mi viejo
    los impulsos
                                                                               los alfajores

                                    esos momentos
                                               las ganas de 
            romperlo todo
                                                                                                                        y recomponerlo
                                                         una foto 
en blanco y negro 
                una sola isla
mi vestido verde
                   el cansancio acumulado
                                                      en las vértebras

                                                       los desarraigos
                                                                                                                                                            trescientos recitales
                                  loca
        y locos
una casa
                        que amé
                       un pueblo al que no volví
        nunca
                                                                                                                          nunca
                                                                                                                                                                              más
            dos o tres camas
                y mi piel
                          blanca                      
y
húmeda

las impotencias
                                                                                                                         crecer a los porrazos
y creer
     
                                                                                             y confiar   
la convivencia 
                                                                                          el tren
                                              la soledad 
siempre  


            los cigarrillos
y otros excesos
                                                                                                                                                                               las guitarras
y yo tendida en el suelo


                                                        los bares más oscuros
                                                                            la biblioteca
                                                                                                                                        una nariz
                                                                            que sea roja por favor

                                                                                                         un poema
                                                                                                    que sea mio
                                                  una canción
                                          que no canté
                                                                                                         todavía.


 




1/11/09

domingo sin sol ni abrazo










algunos días como hoy me siento así...





29/10/09

bajo tierra

Negarle la virtud de la palabra
despreciarlo con la mirada en el vértice de una baldosa
ponerse de cuclillas frente al orgullo
acurrucar el silencio debajo de la sombra de la palmera
espolvorear todos los muebles con arrepentimiento
asumir los desaciertos con un precipitado dejo de desidia
descalza y vestida con la funda del almohadón
decirse humano para justificarse
diseñar con las mentiras medias de algodón
y clasificarlas por tamaños
mezlcar las dudas hasta formar una plasticola
y destrozar las angustias hasta que sea tomate triturado
morder la pelusa de la alfombra con violencia
atravesar ese filito que te aleja de su estupidez
hundirse las espinas bien adentro de la carne
disputarle al insomnio tres cuartas partes de su existencia
jugar al solitario con el insomnio
robarle las cartas
y ganarle por goleada
apretar los dilemas con las tiras de tu sandalia
establecer pactos duraderos con las canciones
a fin de enterrar bajo tierra tus silencios internos
correr precipicios para alcanzar tus piernas
desatender las impotencias como si fueran tus uñas
agradecer las bondades de tu corazón
atar espalda transpirada con espalda mojada
encogerse sobre la textura sutil y verdosa del tiempo
dibujada sobre una tela yacer
y asumir el destino inmodificable
de ser una lombriz.

28/10/09

una sola historia contada a dos voces











Julián tiene veintisiete. Alexis tiene seis. Julián es de Armenia, una ciudad ubicada en el Eje Cafetero, parte de la llamada región paisa, a 290 kilómetros de Bogotá. Alexis es de La Paz, la capital de Bolivia. La ciudad más caótica y fabulosa que conocí. Julián vive solo en Buenos Aires. Tiene cinco hermanos distribuidos por el mundo y un papá al que nunca conoció. Alexis tiene a su papá y a su mamá a su lado y una hermana mayor que se llama Claudia. Julián llama a Alexis "Evito". A Alexis no le gusta que le aprieten los mofletes. A Julián le divierte apretar mofletes y más cuando son ajenos. A Julián le gusta bailar salsa. A Alexis le gusta correr y que no lo atrapen. A Alexis le gusta el mate. A Julián también. Esta foto la tomé el día del cumpleaños de Julián. Yo le había llevado una torta, hubo un sol radiante y nos reimos la tarde entera. Pero cuando llegó a su casa, se dió cuenta de que le habían robado el paño con todos sus trabajos. La mayoría de sus joyas eran de plata con engarces de piedras preciosas. Obsidianas, malaquitas, crisocolas. El que más me gustaba era uno con uns rodocrosita,  la piedra nacional de la Argentina. A mí el corazón se me arrugó como un bollito de papel cuando me lo contó. Habrá que empezar de nuevo, dijo. Este ha sido un año malo, pero he tenido salud y trabajo. Lo material no tiene importancia. Sus amigos de San Telmo lo estamos ayudando de muchas formas. Porque como dice Martí: "Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre".