27/7/09

autopista






Desvió la mirada azul y dejó caer el cuello a un lado de la almohada. El le preguntó: - ¿Dónde estás?


-No sé, me fui. Ya no estoy acá. Le respondió cruelmente pero con la cabeza llena de culpa.


-Está bien, quedate tranquila y andá, cuando vuelvas yo voy a estar acá.



Y entonces pensó que esa frase era la más hermosa que un hombre le había dicho en años. Pensó que se había pasado los ultimos meses aterrorizada, temiendo que sus propias ausencias la dejaran abandonada en medio de una noche. Estaba desgastada de hacer un esfuerzo tras otro por convertirse en la bailariana de una cajita musical, girando en círculos, danzando garabatos programados. Efectivas muestras gratis de shampoo en sachets de plástico.



En su urgente preocupación por contener las miserias de esos hombres, había abandonado la suerte de su piel, como se deja un barco a la deriva, como arrastra un viento antojadizo a una bolsa de nylon, tiritando de frío en medio del incendio.



Ser una farsa le resultaba sencillo, no así decir lo que pensaba de la exacta forma en que se le venía a la cabeza. El placer era una fortuna para otros que a veces le era devuelto en mínimas dosis a modo de recompensa. Y cuando esa suerte tocaba el hombro podía sentir en lo más profundo cómo buceaba la felicidad. Al fin y al cabo, pensaba, cuando uno hace algo por los demás, lo está haciendo para sí, porque en esa gratificación está la satisfacción.


Pero ahora ella estaba embarrándose hasta los tobillos en un terreno desconocido. El lodo mojado todo se le venía encima y ella desconocía los procederes cuando se trataba de jugar ese rol, el receptor de la pelota, cuando toda la atención estaba dispuesta allí, a la espera de una jugada magistral que provocara el estallido, una sensación de plenitud amenazando con llenar todos los casilleros vacíos.


Que paradógico, pensó. Yo que me creía una revolucionaria, criticando siempre los procederes del sistema capitalista, desdeñando siempre los objetos de consumo me había convertido en uno de ellos. Presto a ser convocado, consumido y desechado, igual que una botellita de coca cola. Listo para ser destruido en menos de lo que canta un gallo, sin preámbulos ni prefacios. Porque el deseo del cuerpo de otro es tan fugaz como la sed, y tan pronto es satisfecho, la carne se convierte en una cosa desechable.


Y entonces en medio de un invierno aparece él que ya anduvo tan rápido como quiso. Ya manejó con un solo brazo el Rolls Royce mientras la adrenalina acudiendo a golpearle la nariz. Y ahora prefiere quedarse a oler los pliegues de su piel blanca. Y entonces espera porque es un hombre paciente. Y una noche, mientras afuera los tejados se cubren de blanco, le arroja intempestivamente esas palabras, sin dejo de resentimiento, sin disgusto ni asombro. Y ella le contesta: -Es hermoso eso que dijiste.



25/7/09

estrategias para la memoria a largo plazo



Vino mi amiga Eugenia
trajo sus ojos azules
con el brillo de los amores pasados
las lágrimas que le consolé
los apuntes que leimos
trajo su boca inmensa
con las confesiones que nos hicimos
las risas de todos los momentos que nos divertimos
los poemas y libros que nos regalamos
trajo sus manos con textos para compartir
la industria Turuleca en plena producción
y un montón de abrazos
¿¿Vino mi amiga Eugenia??
Si nunca se ha ido.




N de R: Gracias M. Marta.


20/7/09

traslaciones








Como quien no quiere la cosa

dejarse llevar y ya
por las traslaciones
que cada vez que estoy aca
quiero estar allá.

Como quien no quiere la cosa

meter todo apretujado adentro de la mochila
y volver.

Como quien no quiere la cosa

así chinchuda y todo
extrañarlo
y decirle cuando llegue
te extrañé.

Como quien no quiere la cosa

esperar el tren
hacer bollitos de pegatina con los recuerdos
y pegarlos al costado de mi pared

abrir los extremos del ombligo y guardar ahí la cordura

decir que distinto que distinto que distinto
que difícil que difícil que difícil

despojarse de los olores y limpita
sin burbujas
y sin alfajores
volver.

Como quien no quiere la cosa

se te nota en los ojos me dijiste
lo mucho que te pasó.

Que la luna en virgo que el sol en saturno
por eso soltar duele.

Como quien no quiere la cosa
guardar todos los sustos adentro de una bombilla

maldecir el atado de cigarrillos
dejar mi impronta en algunas fotos
y volver.

Como quien no quiere la cosa
los amigos
el desamor
las aceras,

todo eso
que tengo y me retumba,
dejarlo aca
y volver.





12/7/09

sombras nada más








Las sábanas están revueltas
viniste
y te trajiste
todo lo que tenías
enebramos la magia de puntillas
y no hubo grandes acontecimientos
con los besos tapamos la trama del aire con círculos violetas
yo no quería tocarte
caminamos los desperfectos del abandono
como dos desamparaditos
yo no quería tocarte
rodaste por los tubos por donde respiro
cuando la bruma del aire me agobió
fuimos energía que se condensa
para evaporarse
posaste tus manos en la voluble superficie de mi nuca
y no hubo ni una sola constelación
yo no quería tocarte
cocinaste con mi cucharón
te paraste sobre la culminación de mi escalera
me despeinaste las pestañas con el codo
yo no quería tocarte
hiciste de mi carne un templo de adobe
la desmesura de tu cuerpo me decepcionó
y apretada enfundada estoy
adentro del traje del desconcierto
viniste
y te trajiste
todo lo que tenías
y
todo
lo
que
tenías
resultó
bastante
poco.



La foto es de Andrés Acha.

9/7/09

barrilete







En el camino de regreso a mi casa, vengo arrastrándome por el piso cual guirnalda de papel crepe, como si mi cuerpo fuera la extensión de un piolín, vos el cometa y tu barrio, nuestro cielo naranja naranja...




7/7/09

sin censura





Entonces ya me pasó varias veces que tengo ese pensamiento no es un sueño no no es lúcido despierta yo voy a la casa me quedo afuera esperando viendo algo no sé que miro si espero a ver quien sale seguro que sale él y si sale él pero no sale solo sale con una chica rubia tiene rulitos de esos mota y eso sería terrible mejor no eso de que querés ir y golpearle la puerta no imposible son todas boludeces no podes hacerlas las cosas cambiaron cambian todo el tiempo cambian después estas ahí te hiciste mil quilómetros y no lo haces porque te da miedo y al final te rompiste yo sabía que ibas a romperte mira como tenés el cuello nada de cuello tenés que triste estás me da pena tirarte a la basura para que sirve una caja de madera con un agujero en el medio seguro que los chinos algun significado le encuentran me querés decir que a los docentes les aumentaron me decís mil cuatrocientos pesos que quiero dormir no me ves apagá deja ese botoncito en paz que tengo sueño y no quiero seguir haciendo fuerza otra puerta que se abre y las ojotas que calor que hace acá si tenias razón traeme el ventilador que lindas zapatillas que si gracias no tengo idea donde está el adaptador sacale al veladorcito si en realidad te lo digo ahora pero hace mucho que te las ví y mira que yo a un hombre lo ultimo que le miro son las zapatillas eso si no subas cada vez que te pido algo tiramelo al adaptador si que ya me desvele yo mañana te despierto que no te digo que ocho horas como sea tengo que dormir vos dormí cuatro no me importa es solo pedirle que apague la luz y se va pobre cansado debe estar no me quedo a dormir más acá pensara que si vas a convivir conmigo tenés que saber yo te avise que era insoportable eso de las zapatillas es verdad no se por que no te lo dije antes viste como esa noche cuando lo conocí a Fede en el mar que fuimos al kiosco a comprar los pico dulce y yo le dije la frase de sabina esa de que cada vez pienso menos y el me dijo que mejor vos te reís me decís que estoy escribiendo medio dormida y que cuando uno escribe así como cuando está drogado también le parece que está bueno lo que escribe pero al otro día lo lee y le parece una porquería que buen tipo que sos al final que no me llame mañana que no me llame si ya está que apagues te digo bueno si a las nueve llamame pero prendiste el ventilador al revés esta mirando para el otro lado bueno así no puedo seguir escribiendo me estoy yendo para abajo no veo nada punto.

4/7/09

cantata en el recreo



Hoy fue otra vez sábado y sigo con mi promesa de no fumar. Hoy llegué tarde de nuevo y me quedé sin espacio pero aprendrí que es fácil abrir de los nuevos. Me puse las medias con pompones y fui un gatito de hocico bigotudo como Chipi que se enreda a través de ellos. Viajé sentada y escuché por la radio una canción de Fito que me emocionó. Pasé por ese bar que una vez no encontré. Justo cuando estaba empezando a extrañar a Petru, él hizo su aparación mágica. Le miré la barba crecida y le dije que me molestaba su olor a cigarrillo. Me reí cuando dijo que quería hacerse comunista. Me entregué a su abrazo calentito dos veces. Una vez cuando tenía frío y otra cuando me mostró un mensaje de texto que por falta de crédito nunca recibí. El mensaje más lindo que me escribieron en mucho mucho tiempo. Hoy comí garrapiñadas y tutucas como pajarita. Dije de nada varias veces y me dí cuenta que cuando digo de nada frunzo la nariz. Saludé a mis amigos de la Plaza Dorrego. Le toqué el dedito a León y sonrió. Hoy no vendí ningún caracolito y no me importó. Recibí dos regalos. Un botón con carita feliz y una tapita de gaseosa negra. Hoy el pelo me brilló de muchas maneras, se me formaron muy redondos los rulos y me puse el sombrero amarillo y a todos les gustó. Hoy aprendí que en Colombia a los rubios les dicen monos. Me dí cuenta que cada día digo menos: ¡Tengo una idea!. Me puse colorada cuando Harley vino a saludarme y no me importó que estuviera borracho. Hoy me jacté de lo exquisita que me había salido la tarta de verduras. Que igual mejor calentita. Había llevado solo para mí pero elegí compartir. No hice fuerza ni una vez para ser yo misma. Hoy extrañé a Polaina, porque ella juega más y mejor. Me robé una postal en ese bar. Me puse perfume de naranja como treinta veces. Quise tanto como pude. Me divertí de lo lindo y pensé que cuando soy feliz el cuerpo se cansa más rápido. Y que para ir a visitarlo falta muy poco. Menos de lo que me imagino. Hoy dije cuando llegue lo escribo y lo escribí.

2/7/09

la niña perdida









Ayer, después de que un mago en el subte preguntó si alguien se ilusionaba con una servilleta blanca en su mano y solo un hombre alzó la mano, quise darme una vuelta carnero en el país del nunca jamás.