29/9/10

Polaina Chinchuda




Polaina juega, y ríe, y unas veces patea el tablero lleno de cartas mal dadas y llora, y hace berriches. Polaina habla con su amigo invisible y le hace trampas y le cuenta las cosas que la demoran y la hacen llegar tarde a todos lados siempre. Polaina dormita en una nube vaporosa que pende del cielo unas veces en forma de conejos y otras en forma de lápices. Polaina viaja y viaja. Va de una nube a otra con su valijita cuadrillé roja y sus botitas de goma. Polaina puede desquiciarse y volverse loca fácilmente. Pronuncia palabras extrañas en extraños idiomas. Convencidísima de que los otros la entienden. Tiene dos pájaros en su cabeza y usa lentes para ver de cerca lo lejos. Baila con su soga de saltar y planea un suicidio a corto plazo porque no puede soportar el desamor. Polaina es una payasa que cree más que nada en el amor.

15/9/10

la poesía y los imbéciles

La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes. No es una puerta cerrada con llave o con cerrojo, pero su estructura es tal que, por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes. Nada hay más opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es su aspiración sistemática de cierto orden de poder. El inocente, en cambio, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos.
Por supuesto, es el pueblo el poseedor potencial de la suprema actitud poética: la inocencia. Y en el pueblo, aquellos que sienten la coerción del poder como un dolor. El inocente, conscientemente o no, se mueve en un mundo de valores (el amor, en primer término), el imbécil se mueve en un mundo en el cual el único valor está dado por el ejercicio del poder.
Los imbéciles buscan el poder en cualquier forma de autoridad: el dinero en primer término, y toda la estructura del estado, desde el poder de los gobernantes hasta el microscópico, pero corrosivo y siniestro poder de los burócratas, desde el poder de la iglesia hasta el poder del periodismo, desde el poder de los banqueros hasta el poder que dan las leyes. Toda esa suma de poder está organizada contra la poesía.
Como la poesía significa libertad, significa afirmación del hombre auténtico, del hombre que intenta realizarse, indudablemente tiene cierto prestigio ante los imbéciles. Es ese mundo falsificado y artificial que ellos construyen, los imbéciles necesitan artículos de lujo: cortinados, bibelots, joyería, y algo así como la poesía. En esa poesía que ellos usan, la palabra y la imagen se convierten en elementos decorativos, y de ese modo se destruye su poder de incandescencia. Así se crea la llamada "poesía oficial", poesía de lentejuelas, poesía que suena a hueco.
La poesía no es más que esa violenta necesidad de afirmar su ser que impulsa al hombre. Se opone a la voluntad de no ser que guía a las multitudes domesticadas, y se opone a la voluntad de ser en los otros que se manifiesta en quienes ejercen el poder.
Los imbéciles viven en un mundo artificial y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos. El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma. Recurre a la palabra, pero busca en ella su valor originario, la magia del momento de la creación del verbo, momento en que no era un signo, sino parte de la realidad misma. El poeta mediante el verbo no expresa la realidad sino participa de ella misma.
La puerta de la poesía no tiene llave ni cerrojo: se defiende por su calidad de incandescencia. Sólo los inocentes, que tiene el hábito del fuego purificador, que tienen dedos ardientes, pueden abrir esa puerta y por ella penetran en la realidad.
La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.



Aldo Pellegrini .

Publicado en Poesía Nº 9, agosto de 1961.

8/9/10

un pedazo de mi infancia a través

esto hoy

Hoy me desperte de un sueño confuso y supe ahí nomás que no iba a ser un dia de esos así nomás. Hoy no tenía ganas de hacerle frente a esa cosa que se empecina imbécil y se llama vida. Hoy desayuné sin darme cuenta de que desayunar es ya prepararse para vivir esa cosa. Hoy tuve ganas de bajar los brazos y sin embargo los vestí de azul y salí. Intenté darle solución a lo insolucionable. Y me agoté un montón de veces. Hoy atendí el teléfono cuando tenía ganas de hacerlo sonar. Hoy hice algo por los demás que no quería hacer y por eso salió mal. Hoy fui a San Telmo y no era domingo. Me sorprendió que estuviera vivo aunque no fuera domingo. Hoy volviendo para mi casa me acordé del  refrán que el otro día me dijo mi mamá: "bajate de la cruz que necesitan la madera" y me eché a reir y reir. Iba por la 9 de julio al unísono con todas esas personas preocupadas y pude distinguir a una que llevaba unos auriculares tremendamente graciosos de plástico color verde y muy grandes que parecían de juguete y pensé como alguien podía insultar de ese modo a sus orejas. Hoy imaginé algunos destinos posibles para mi locura: Panamá era uno de ellos. Hoy leyendo graffitis me dí cuenta que en este país si no comés carne sos hippie, si escuchás música electrónica sos careta y si no sos peronista sos gorila. Hoy caminando por San Telmo me pregunte pero... cómo? no era que ya había terminado el mundial? y entonces supe que vivir adentro de un termo es algo que me tiene absolutamente sin cuidado. Hoy yendo a clown escuché esa canción que él puso en el facebook y me alegré de que me gustara desde antes, la canción y él y después también pensé que por una vez no tengo que hacer las cosas al revés, que primero el consomé y después el postre y esperar, porque yo ya sé que es EL pero EL todavía no sabe que soy yo. Y si tiene que dar unas vueltas más, que las de. Hoy en Florida me encontré con el uruguayo y me quedé atónita, se me debe haber notado pero es que yo pensaba que no iba a volver más de Mexico y de pronto estaba ahí invitándome a fumar a la plaza. Hoy supe que soy fanática de los productos día. Y que ser un hombre y no ser un cerdo, no puede ser tan difícil. Hoy, diez minutos antes de empezar a escribir este mejunje de palabas, me cruzé con M. Me saludó lindo con la mano izquierda desde lejos y entonces crucé la calle y me dí vuelta para mirarlo, porque M siempre me gustó y dió la casualidad que él se dió vuelta en el mismo momento que yo, entonces me puse roja como una manzana y seguí caminando y me reí y pensé que eso solo pasaba en las películas pero no. Hoy supe que nada es definitivo, ningún estado. Y eso es lo único que al final quiero decir. Que nada es definitivo. Que hoy puede ser uno de esos días. O no.

28/8/10

un asunto complicado silbar

En el colectivo
el nene:
- ffff ffff fffffff.
la mamá:
- así no. tenés que hacer como si besaras al aire. así.
- ffff ffff fffffff.
- no puedo mamá. besar no puedo.

17/8/10

había una vez...







si


hacés click en la imagen, se pone más grandota.

23/7/10

remerita, la canción sinfin











... y quizás fue ese despilfarro a pata amarrada de cuerdas y rocanroles, ese hurto indiscriminado de sombras que le hicieron a esa noche fría de junio con tonada, ese aluvión de imágenes como serpentinas distrayéndose sobre los fideos y el humo lavando las miradas, lo que la llevó (a ella) a confesar algo que debió haber sido terrible para que el ícaro escupiera sus  alas chinas en un acto tan escandaloso como inaudito y se quedara dormido de un santiamén con su traje despampanante puesto sobre su película francesa predilecta (la de ella), emitiendo seguidamente sinfonías líricas de un selecto repertorio por ese orificio que comúnmente las aves destinan al canto y al beso, negociando sigilosamente con el tiempo una agujita más de párpados sellados en su cielo adoquinado de guitarras-amantes, abrochándosele (a ella) y otro poco a la frazada con disímil sutileza en un abrazo del cual ella considera ahora todavía conveniente, nunca más despegar el cuerpo. Ella debió haber asustado con su nuevo traje de arlequín al ícaro para que él se niegue (en la práctica) a atestiguar a favor del roce magnífico de los picos, remedio exquisito para aliviar malas intenciones de pájaras ingratas y de malos agüeros, ignorando su preludio con esos resquicios de negativos humanos que le habían quedado en la memoria fotográfica de aquella otra vida donde hasta un nombre de payasa él había inventado para ella...

16/7/10

no apto para vegetalianos




un domingo cualquiera en la feria de mataderos...

1/7/10

disco rígido



Necesito con urgencia liberar espacio. Los cuencos donde se sumergen mis ojos, ese hueco lo quiero vacío. El surco ancho debajo de la lengua. Las grietas donde empiezan a dibujarse los labios. Las ranuras ínfimas a los costados de la nariz. Toda la cavidad laberíntica de mis orejas. Cada desliz. Paralelas, oblicuas. Los hoyos donde se insertan cada una de las raíces de mi cabello. Y más hondo. Las sepulturas de mis huesos. Las fosas que trazan los pómulos. Los vértices donde se unen los maxilares. Necesito toda la superficie de mi rostro llana. Que exista un mecanismo a través del cual lo viejo dé paso a lo nuevo sin siquiera


tener que derramar


un espacio liso para que se perpetúen allí los esbozos de todos los millones disímiles sentires. Necesito bajar de un manotazo (con furia) la pila que forman uno sobre otro y otro sobre uno desafiando a lo alto el cielorazo del corazón. Que los acontecimientos sean por una vez

efímeros 

y que soltar

deje de ser un verbo y sea una acción

Que se revele una vez en la superficie de mi rostro la radiografía de mi corazón. Que no haya que tomar el cuerpo de prepo para meterlo adentro de un vagón de tren. Que no haya que darse cuenta. Ni darse vuelta. Que no haya monte detrás. Ni calles con grietas por donde se filtre el pasado. Y que no haya. Necesito que haya nada.
Empezar a escribir en hoja limpia

siempre de nuevo

desde el principio
y que haya espacio

libre.







23/6/10

Amén







19/6/10

desayuno de mis ojos