10/5/09

De otro




- Tengo miedo, dijo. Ultimamente, no sé por qué, me siento a veces como un caracol sin caparazón.


- Yo también tengo miedo. No sé por qué, pero a veces me siento como una rana sin membranas entre los dedos.


Alzó la vista y me miró. Esbozó una pequeña sonrisa. Luego, sin mediar palabra, nos dirigimos a la parte umbría del edificio, nos abrazamos y nos besamos. Eramos un caracol que había perdido el caparazón y una rana que había perdido las membranas.



Haruki Murakami


Al sur de la frontera, al oeste del sol.



5 comentarios:

Thotila dijo...

¡Casualidad! estoy leyendo "Cronica del pajaro que da cuerda al mundo" del mismo autor.

Saludos.

Cerdos y Cerdas dijo...

a mi me pasó como el caracol, cuando me agarró la otra vez la lluvia a mitad de camino sin paraguas
besos

Anónimo dijo...

Puf!
A.

María Gabriela Costigliolo dijo...

Yo siempre digo que yo lo quiero como quiere a su casita el caracol.. Un beso

Anónimo dijo...

Qué bueno ese libro!!!!!!!!!
Lo leí en dos días.No podía parar.Besos. La Mummy