24/6/09

De puerta en puerta




De repente nos entra

un amor desmedido por el prójimo,

una ternura incontenible.

Nos sentimos de golpe

como el canalla moribundo

que pide perdón a manotones.

Y vamos de puerta en puerta:

queremos dar nuestro plato de sopa,

el cigarrillo que nos queda,

arrancarnos un ojo y decirle:

a ese alguien, el prójimo:

-Mira con él la lluvia o el otoño,

apenas si lo he usado,

es el izquierdo.



JAVIER VILLAFAÑE



Cien años no son nada Javier, te queda toda la vida por delante...

2 comentarios:

Thotila dijo...

Y si... a veces pasa.
Cada vez menos, pero pasa.


Un saludo.

Anónimo dijo...

¿Cómo estuvo el homenaje que le hicieron en la calle Corrientes? comentarios por favor.