22/9/09

la felicidad es verde



Querida Madre:


Ahora ya puedo sentarme a escribirte unas palabras. El día de la primavera fue más bonito de lo que podía imaginar. Dos días en el delta pueden alejarte increiblemente del aire gris de la ciudad. Al segundo día uno recién comienza a distinguir la infinidad de distintos verdes que pueden existir y hasta enumerarlos porque no hay uno solo sino miles. La mayor parte del tiempo nos hemos reunido a comer y a discutir sobre temas tan variados como cine, peronismo y las posibles maneras de arreglar los desperfectos de El Zanjón. Mariela y Diego, una pareja de actores que está recien llegada de Barcelona, quiere organizar un festival para recaudar dinero. Victoria y sus vecinos son muy solidarios entre ellos. Se ayudan haciendo zanjas y excavaciones para que no pase el agua, en las maneras de proveerse agua potable y alimentos y lo mas maravilloso es cómo se dan mania para arreglar los frentes de las casas y plantar infinitas clases de plantas. Te imaginarás cuanto aprendí de todo eso. Notamos con Victoria que los hombres hablan de los pájaros como si se identificaran con ellos de una forma muy apasionante. Fuimos todos de excursión en la lancha de R, paramos solo para comer (habíamos llevado como para un picnic), junté algunas nueces de Pecán y seguimos viaje hasta el Paraná. Los ríos iban cambiando de nombre y la vegetación se hacía más densa y abundante a medida que nos íbamos alejando. En un momento desapareció todo rastro de civilización, ya no hubo casas ni muelles ni canoas. Solo cuencos. Y ahí las imágenes se volvieron más interesantes. Durante la ida pude tomar algunas fotos. El sol estaba espléndido y todos estábamos excitados como niños. Le tomé una fotografía a C mientras se reía de perfil y se la mostré. Lo había conocido esa mañana cuando Vic me llevó a conocer su ultimo cuadro. C es el pintor de la isla. Dice que allí encuentra mucha inspiración. Y no hay razones para contradecirlo. Sus cuadros son muy realistas. C me preguntó esa mañana que sentía cuando me veía en las pinturas de otro. Porque yo encuentro muchas cosas que no me gustan de mi en mis cuadros, me dijo. Yo también, le contesté. Era la primera vez que Vic me dejaba sola con alguien en la isla. Y ahí supe que entre C y yo había algo. En la excusión encontramos momentos para mirarnos cuando nuestras ubicaciones en la lancha lo permiteron. Pero yo estaba más concentrada de disolverme como humo entre los aromas del paisaje. Me acordé de vos cuando llegamos al Paraná. Fue como si de pronto todo el espacio se abriera y ya no hubiera horizonte ni cielo ni tierra ni después. Imposible abarcar tanta infinitud en los ojos. Solo agua soberbia estirada a sus anchas. Todos sentimos una emoción indescriptible y nos miramos. Nuestras caras decían: era esto. El temor por no llevar salvavidas me trajo de un sopetón aquella vez que en el medio del Paraná se desató esa tormenta tan grande. Ibamos con los amigos de papá. Y no teníamos salvavidas, y la lancha se movía anunciando una catástrofe. Estabas pálida. Tuve miedo porque vos tenías miedo, nada más. Cuando llegamos a casa dijiste: -nunca más. Pero todo eso no podía tener lugar ahí. A menos de dos kilómetros retomamos la vuelta por otro brazo del delta. En Sarmiento las casas son modernas. Tan confortables que me disgustan. La gente pone piletas, lagunas artificiales y fuentes en los frentes. Pero el río siempre puede más. Y cuando hay sudestada arremete contra todo. A las seis de la tarde el viento y el frío eran tan crueles que nos acurrucamos todos adentro de la lancha y nos tapamos con la mantita del picnic. Fumé un cigarrillo porque necesitaba un estímulo en el cuerpo y vodka no había. Las navegaciones son artefactos, no hay una igual a la otra. Las más grandes son imponentes. Vimos absortos algunas abandonadas llenas de memorias y ocres. Y me las guardé como pude en la retina. Mi cámara ya no tenía baterías. Se mencionó varias veces el libro Sudeste, de Haroldo Conti y no tuve que hacer mucho esfuerzo para imaginarlo ahí, en su habitat, con su lupa investigándolo todo. Cuando pisamos tierra me sentí algo mareada. La casa de Victoria estaba calurosa. Si vieras que bonita es. Tan pequeña. Cuelgan de la pared dibujos de los antiguos dueños. Le pregunté por qué los había dejado y me dijo que algunas cosas hay que dejarlas tal como están cuando uno llega, sino uno pasa por la vida y no deja nada. Me gustó que dijera eso. Le confesé que cada vez que yo estaba con ella era feliz. Pero no me acuerdo que me contestó. La llegada a la capital fue cruel. En la estación de trenes Vic no pudo poner las monedas en la máquina y yo sentí una decepción tan estridente que se apoderó de todo mi cuerpo. Hoy Buenos Aires es un lamento inconfundible del cielo. Algo está pasando por encima nuestro. Y nadie me puede explicar que es sin mencionar la palabra lluvia. Siento que hay espacios, fragmentos y momentos en que el hombre debería dejar que la naturaleza le explique todo de nuevo. A veces me parece que no comprendo. O será que al final, allá también siempre llega el desengaño.
Hace tiempo que no escribo una carta. Solo espero que Granada te despierte aún más el amor por la vida. No dudo que así será. Intento crearme en la cabeza alguna imagen tuya en esa tierra lejana, entonces ahí estás pisándola incansable con tus zapatillas tractores, bailando flamenco y yendo de tapas, haciendo clik clik con esa cámara que un niño no podría sostener más de cinco minutos quieta, ajustando el zoom una y otra vez siguiendo las instrucciones de P. En el centro de la imágen hay un palacio, pero en el fondo asoman calandrias, azaleas y colibrís.

Desde este recóndito lugar del planeta sigue de cerca tus aventuras y te extraña...


tu pequeña hija.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Kokito: me gustá mucho mucho esta carta!!!! Da cuenta de tu sensibilidad y tus estados de ánimo. Muchas veces pienso que no naciste para vivir en este mundo y se lo he dicho a papi. Te mando un beso enorme y va mail.
LA MUMMY

María Eugenia dijo...

Madre: y quién nació para vivir en este mundo tal como está hoy?...

hacia donde quiera que estés, va mi abrazo!!