28/2/10

¿cruzamos?



Qué te pasa
que mi casa
se ha alejado
de tu casa.
Qué me pasa
que de verte
 no me quedan
ni las ganas.


Laura Devetach



 

25/2/10

pinceles disparados













 pinceles en tus falanges
transitando a lo ancho mi geografía

importunan a la coronilla

bordean las arrugas del cuello
se ahorcan con la clavícula

nombran vértebra a vértebra

fluyen sus trazos impunes
libres por las canaletas
que circundan

este país que se antojó en mi cuerpo.
Se posan sobre la rugosidad de mis senos

las cerdas abordan el jugo

y se lo tragan

desmembrando en hebras la piel

irradian el hueso del pubis

con un halo de luz sutil
dibujan sogas y
escalones para lanzarse cuesta abajo

hasta dar con el auspicio de un punto en el centro
ese misterioso racimo

que conecta el norte con el sur

una mayúscula hendidura

donde el estremecimiento no es un simbolismo
y cuando llegan ahí
no saben
no se atreven
ignoran
qué pintar.

22/2/10

los tatos de José







Almagro. Buenos Aires. Diciembre de 2009.

21/2/10

inti








Vos allá
hondo
admirando los tubos infinitos
que forma el oleaje del mar que pintaste
encontrándote.
Yo bien acá
cerquita de mí
esperando
que la espuma te arroje frente a mi vereda
con la nariz cada vez más colorada
y esta urgencia en todo cuerpo doliendo
por devorarte.







La pintura es de Mariano Acosta.

19/2/10

vómito de dragones

No me dejás alternativa / me cercás / hago la mueca fruncida / o la mueca me frunce a mi / llaga quema detrás de molar derecho / inmediatamente ojeada / a la madera del banquito / tomo prestado cierto desdén minúsculo / de la corteza cuajada / y agarro cualquier objeto / próximo a mi alcance / llavetenedorpapelcorcho / absorta, los golpeo / me voy a dar la vuelta del perro / y me encuentro con el quijote / dejá de hacerte la payasa / me decís / conozco tus personajitos / (diminutivo igual tono despectivo) / mirame / mirame / si te miro naufragamos / ellos y yo / dejame salvarlos / ilusa / sacate los auriculares / como si el cuerpo pudiera mentir / no tires de la soga / que se ahorcan / no soy hábil con los nudos / gozás / dale nena / apurás/ que tengo sal en las manos / te digo /sal del desierto de gobi / estás inventando / otra vez / que no / que  hay dragones acá  / los ves? / y las llamas  / me asfixian / blasfemias / tus ojos me boxean / acto reflejo  / los esquivo  / igual sangro / sangro de verdad / ay sino te quisiera!/ levanto la primera carta / un dragón se suicida / me pongo colorada / pésimo inicio / estoy desorientada / (como siempre) / voy directo al aplazo / maldito / te reís / seis años menos / nueve pelos en el torso / y ni un sólo dragón podés salvar / que vergüenza  / lucho / como puedo / tengo la lengua en la punta del dedo  / sus cueros arden / cavo mi propia fosa / me los meto así patas para arriba / todos juntos / con todas las escamas cubiertas de  piel / los galopo  / dragones blancos  / violáceos / morenos / de miga de pan / soy un domador / sin norte / ni sur /  y olé / ¿ves? / que a mi corazón meneao / le ha crecido un dragón con cuerno.

17/2/10

peor para el sol que se mete a las siete en la cuna del mar a roncar













Monte Hermoso. 13 de febrero de 2010.

9/2/10

treinta



Me miro al espejo y veo esa arruga alrededor de mi boca, la que heredé de mi viejo. Me miro a los ojos, los abro, pestañeo, hago una mueca, esa que hago siempre, arrugo la nariz como si fuera un poroto en el agua y pienso tres cero. Un número más, no pasa nada. Me levanto el pelo, toco las arrugas de mi cuello, parece un bandoneón y me gusta. Se me vienen palabras como crisis, replanteo, madurez, maternidad. Las ahuyento con un estornudo. Limpio las gotas del espejo. Pienso en mi mamá, y en mí adentro de su panza chupándome el dedo. Mi mamá que también tuvo treinta años, me trajo a este mundo a nueve meses de haberlos cumplido. Yo los celebro en dos días. Cuando era chica era más fácil porque siempre estaba de vacaciones entonces festejábamos con una vela en la factura o en un restaurante. Ahora no es todo tan fácil porque ya no soy una nena. Y tengo que llegar a un acuerdo conmigo misma y responderme esos enigmas que se me instalan en la capocha, como por ejemplo: ¿qué "cosas" son importantes a los treinta para el común de la gente? (horrible pregunta, no quiero ser el común de la gente) ¿cuáles no? ¿cuáles ya tengo? (podrían ser herramientas acaso más que cosas) ¿cuáles me faltan? ¿en qué momento estoy? y de ahora en más.... ¿cómo va a seguir esto?. Disculpen este ataque de existencialismo barato. Estoy sin decidirme a volver al diván. ¿Debería volver?. Poner el 3 en los formularios ¿no es lo mismo que poner dos?. ¿Qué cara se supone que debería poner la gente cuando decís que tenés treinta?.



¿Cierra el balance?. que ya experimenté un montón de cosas de todos los colores y sabores. ácidas, dulces, amargas. Dije que si y me equivoqué y también cuando dije que no acerté. Viví en un montón de lugares, tuve muchos trabajos, algunos más divertidos que otros, tuve muchos amigos, algunos también más divertidos que otros y hasta todavía algunos tengo, tuve grandes maestros y grandes compañeros de ruta, tuve los amantes y los novios que quise tener, me teñí el pelo de colores, me lo corté, me perdí, me encontré, creí, volví a creer, nadé, volé, levité, salí y entré de los límites de la realidad muchas veces. Y todo eso, o casi todo, lo sublimé en un papel o arriba de un escenario porque esa es la única forma que conozco de ser feliz. (esto ya lo dije en algún lado) ah... también me repetí y me reinventé muchas veces.



Este año el ponderado listado de las Thirty Things podría reducirse a un solo item, uno de esos que se te meten en la cabeza, algo así como un tercer ojo que se me atravesó ahí y cuando hoy me miré al espejo me hizo un guiño, ese pendiente que no cierra el balance, ese unico objetivo al que cueste lo que cueste, este año voy, una palabra y nada más:







30. Viajar







Y ya que estamos en plan de cursilerías, les dejo este videito bien simpático, que sino fuera por el "casi"..









5/2/10

lugares comunes




La cosa es más o menos así. El le dice que viene a la noche entonces ella según entiende la noche empieza cuando el sol se cae. Eso es cuando tiene que prender el veladorcito de vitraux que tanto le gusta. Se empieza a poner nerviosa inmediatamente después de apretar la llavecita de la luz. Enciende un cigarrillo. Las maripositas adentro de la panza empiezan a ponerse inquietas y juegan, a la rayuela parece porque por momentos siente golpecitos secos sobre el suelo, se caen, alzan los brazos, zapatean, cómo aletean y se excitan cuando están por llegar al cielo y de pronto se posan quietecitas en una de las celdas. Seguro están deliberando si entró o quedó afuera la piedrita. Mientras ellas adentro y ella afuera acomodando la casa, sólo un poco, porque le gusta que las cosas estén así, los almohadones naranjas un poco mirando para cualquier lado, la mesa con todo el polvo, el papel de seda, el tabaco, las hebillas y los cinco libros de cuentos que está leyendo, la computadora encendida con esa foto de la arena que pincela sus paredes de amarillo. Corre de la habitación al baño, del baño al comedor rodeando los malvones. ¡Ay si tuviera alas!. Va dando pasos cortos con esa disposición al salto de canguro en todo el cuerpo. Preparada a soltar lo que haya que soltar para tropezar con su metro ochenta. Se vuelve a sentar. Se huele. Pone esa canción de guitarras solas. Y cuando termina todavía no llegó entonces la vuelve a poner porque quiere que su llegada y esa canción sean un mismo sonido. Ella piensa que su comportamiento es adolescente pero mucho no le importa ese pensamiento y ya decidió que lo va a besar. Después del abrazo lo va a besar. Mucho. Mucho. Y van a rodar. Porque rodar les hace bien. El le hace bien. El y su mirada deseosa. El y su mirada cuando ayer sobre su acolchado azul le dijo que iba a pintar sus ojos. De azul.




3/2/10

subí que te llevo











San Telmo. 31/01/10




2/2/10

falta de apetito

no sin antes decirle:


no quiero ser
un barco que nunca encuentra una isla para descansar


no me apetece esperarle
ni sentirme como la hoja de un árbol que sabe que va a caer


no me apetece la letra chica del contrato en negrita y con mayúsculas 


no me apetece el pétalo pegado con cinta adhesiva en la garganta


ni estos dedos amarillos que latigan contra las teclas


ni la ausencia toda amamantando mi estómago de semillas


ni los fragmentos inconclusos que le oculto brillando la transaparencia del aire


no me apetecen sus pájaros de papel
(hace tiempo quería decírselo)


ni la manera en que pronuncia la ese


no me apetece en lo más remoto que atraviese el marco de mi puerta con esa cara de búho sin gestos en los ojos


no me apetecen mis hombros con olor a humedad que lo miran y no lo cortejan


no me apetece que mastique mis mentiras
con ese aire de caballero medieval


no me apetece mi lengua
que mientras lo niega se ahoga en un charco de vinagre salitroso y amarillento


no me apetece esta tristeza de imitación coreana


por eso se la escribo
para que no me ensucie las próximas tres horas del futuro


se la escribo
también, sépalo
porque huele a carne cruda


sí, usted también huele a carne cruda
(eso está de más pero viene al caso)

no me apetece esa manzana que dejó amarronándose contra el césped



no me apetece mi pelo secando su rabia al sol


le exijo tenga a bien regresarme al bosque de mi soledad
déjeme en diagonal a la aurora
ahí nomás
al lado de los pinceles
con una pierna cruzada debajo de la otra

si es la derecha la que está abajo
procure que no se acalambre la izquierda


quiero que me devuelva los susurros
mañana a las diez y cuarto
cuando ya no los quiera


favor de de volveme volveme de


ningún verso mío en usted



nada
de nada
ni una cicatriz
ningún centímetro de mi arquitectura le pertenece


todas las parras que vimos de la mano
perecerán
cuando termine de escribirle esta nota


no quiero su sentido de la liviandad
mofándose en los azulejos mi cocina


no quiero levantar esas esculturas de barro
que me imagino mientras bastardea el lenguaje de las palabras


no necesito su huella en mi mate


entre el tiempo de antes sin usted
y este tiempo con usted
fíjese
he extraviado la noción del punto y aparte



nada de su legado reconozco
nada que precise
en el alma
ser inventariado.


Ahora sí,
tome su plumaje
abra el grifo
y váyase nadando
y por favor
sea prudente
y no vuelva.