27/7/08

Hombres, abstenerse...




Sra/Srita Editora de Cosmovomitan:
De mi mayorsísima consideración:


Tengo algo que me urge vomitarle. Seguramente a usted mucho no le va a interesar pero como vivimos en una sociedad democrática, existe libertad de expresión y tengo un blog donde hago lo que se me canta, se lo comunico y listo. Yo no entro dentro del target al cual va destinada su revistita de morondanga. A saber: jamás usaría esas botas color rosa chicle taco aguja que son última moda en Taiwan, con esa blusa de satén amarilla con lunares negros y el pelo platinado con cuatro kilos de tintura de doscientos pesos. Que le quede bien clarito, yo no uso tacos. Aquí voy a establecer una salvedad, me da gusto ver a una mujer contornearse encima de ellos y pienso que es una actitud bastante cojonuda salir a las siete de la matina a la calle a pelearse con las calles bacheadas de Buenos Aires, las veredas con forma de nubes y agarrada del caño del subte y no precisamente para alcanzar algún tipo de sueño, pero a mí no me enganchan ni loca. Nunca tendría en cuenta sus diez trucos infalibles para volver loco a un hombre en la cama ni me pondría esas mezclas aceitosas con olor a espárrago en el cutis aunque me juraran que me va a quedar como el de Juliette Binoche. Me niego rotundamente a pronunciar esas frases enlatadas para asegurarme una segunda cita con el hombre de mis sueños, que se nota a millas de distancia, son blasfemias más gigantes que un elefante africano y menos aún a adoptar esas ridículas poses en una entrevista de trabajo para cautivar al jefe de recursos humanos y asegurarme cualquier puesto que termine en ing en una multinacional. Descreo absolutamente de sus recetas mágicas antiestress, para eliminar toxinas y ni hablar de sus recomendaciones de psicología barata para saber que está pensando él durante el sexo o cuando está idiotizado mirando la delantera de una amiga. Nisiquiera después de haberme bebido una bañadera entera de ginebra, al mejor estilo Luca Prodan, sería capaz de balbucear alguna de sus estúpidas mentiras con cara de poker a mi amiga cuando no me gusta el sombrero que se compró o el tapiz nuevo que colgó en la pared del living. Nunca leí algo tan poco creible como los test de personalidad que da a conocer en su publicación para detectar psicópatas y homosexuales. Entienda señora editora, es una tremenda estupidez dilucidar la personalidad del sujeto en cuestión viendo como toma el volante del auto o a través de la manera en que ata los cordones de sus zapatillas. Sépalo, el estado de la cabellera y la forma de vestirse no lo dice todo de las personas. He conocido seres mentalmente desequilibrados que eran de lo más pulcros y prolijitos, adorables con los niños y simpáticos con las suegras y cuando menos te lo esperabas, paf! se brotaban. Me tienen sin cuidado sus recomendaciones de productos diet porque para mí, y esto reconozco que muchas veces me deja afuera del género femenino, cuanto más azúcar mejor para el funcionamiento pleno de mis neuronas. La unica vez que pisé un gym fue en el año 98, cuando al irme a estudiar a la gran ciudad, el cambio de etapa me propició una mala jugada hormonal. Para decirlo sin vueltas, estaba hecha un cerdo, no obstante me llevó poco tiempo darme cuenta de que pagaba solo para tranquilizar mi conciencia. Y como de la experiencia se aprende, aprendí que no voy a volver a hacerlo nunca más. Y para terminar le digo, me llevó años de terapia asumir que no soy una mujer de catálogo, tengo mi neurosis, que es mía y nadie la tiene, tengo mis excesos y mis debilidades, pero usted no me va a venir a decir a mí cual es la fórmula de la felicidad por ocho con cincuenta. No me venga a meter ese buzón que ya estoy grandecita para creer en los reyes magos.


Sin otro particular,
Saludo a Ud atentísimamente.


24/7/08

Paralelos: rock and roll del que me gusta...



Flaca: la baterista glamorosa
Fran: la bestia animal de la guitarra

Gonzalez: Guruguayo (Dandy)
Pola: As himself (y su guitarra de colores)
Drew: California Dreamer (teclas)
Palo: todo lo que el rock representa excepto la música.
Sus hits: Shalala, Autos, (mis dos preferidos), Víctimas y Papá Noel.
La foto es del último show el 17 de junio de 2008 en CBGB, Buenos Aires.

Demasiadas tentaciones en la videoesfera
miraste y escuchaste todo y nada te altera
está solucionado lo del fin de semana
narcóticos y nenas en la playa privada de estacionamiento
es lo que hay, es lo que hay...
shalala, shalala, shalala la...
el diseño por ahora es solo mental

porque sos solo un pez cerebral
nada de caricias, besos y abrazos
electroshock urbano para el fracaso
shalala, shalala, shalala la...


Escuchalos acá: http://www.myspace.com/paralelosenestadoderock

Con los pies sobre la tierra

Están en algún sitio / concertados/ desconcertados / sordos/ buscándose / buscándonos/ bloqueados por los signos y las dudas/ contemplando las verjas de las plazas/ los timbres de las puertas / las viejas azoteas/ ordenando sus sueños sus olvidos/quizá convalecientes de su muerte privada/ nadie les ha explicado con certeza/ si ya se fueron o si no/ si son pancartas o temblores/ sobrevivientes o responsos/ ven pasar árboles y pájaros e ignoran a qué sombra pertenecen/ cuando empezaron a desaparecer/ hace tres cinco siete ceremonias/ a desaparecer como sin sangre/ como sin rostro y sin motivo/vieron por la ventana de su ausencia/ lo que quedaba atrás / ese andamiaje/ de abrazos cielo y humo/ cuando empezaron a desaparecer/ como el oasis en los espejismos/ a desaparecer sin últimas palabras/ tenían en sus manos los trocitos de cosas que querían/ están en algún sitio / nube o tumba/ están en algún sitio / estoy seguroallá en el sur del alma/ es posible que hayan extraviado la brújula/ y hoy vaguen preguntando preguntando/ dónde carajo queda el buen amor porque vienen del odio.
MARIO BENDEDETTI
Hoy se llevó a cabo un juicio histórico para la Argentina. Benajmín Menendez fue sentenciado a prisión perpetua. Ahora el mundo va a ser un lugar mejor, porque él va a estar todos los días que le quedan en esa carcel común, sin poder respirar mi aire y sin el privilegio del sol. Nunca más...

22/7/08

Dos manos al bolsillo




¿Será verdad que las brujas se comen a los chicosque si me porto mal no voy a ir al cieloo los ratones me van a comer los pies?

Mirá que yo no estoy contento, que en la juntura de la sangre tengo una espinay aún hay que salir de esta ceguera romper le aire con los besos y empezar otra vez.

Dame tu manotengo una flor rotados ojos sin descanso dos manos al bolsillo yempezar otra vez.

Mirá que yo no estoy contento.

Y creo algunas cosas que habría que acostarse con un muñeco al ladoy no decir mentiras porque me puede salir una joroba.

Pero decime, si tengo el corazón doblado un poco, ¿vos me vas a querer igual?


Roberto Santoro


(Un otro que escribe con una ternura inigualable.)

20/7/08

Humor Negro

A un año de la muerte de Fontanarrosa. Inodoro Pereyra, una muestra de su talento infinito.

19/7/08

Instantáneas

Mujer Bonita en problemas

Sobre la peatonal de Diagonal Norte hay un extrator de aire. El mismo se traduce en una regilla que recorta al piso en forma de rectángulo. Por allí el aire emana con la fuerza de un volcán. Es de mañana, yo y mi falda marrón, caminamos por ahí. Ignoro la fatalidad que va a producirse cuando el aire despega la pollera de mis nalgas con tal violencia que me la levanta por completo. Me agarra desprevenida, trato de volverla a su lugar con las dos manos, en un reflejo brusco y desesperado. No obstante, ya es tarde, atrás mío vienen dos hombres de traje que ya vieron mi bombacha de corazones verdes. Se ríen, a mí la cara se me desfigura de la vergüenza, pero la situación también me provoca la risa. -Mujer bonita!, dicen. Pienso que se equivocaron de película, pero que más da...

Pálpito
En la guardia del Hospital Udaondo los olores no son una postal de lo más memorable para los sentidos. Una adolescente sale de extraerse sangre del laboratorio. Se sienta en la sala de espera e inmediatamente marca un número en su celular. Espera unos segundos a que la atiendan y dice: -Si bien mamá, ya terminé. Pero ahora necesito que escribas algo, vas a ir a lo de Mary? ¿Tenés para anotar?. Anotá estos números y jugales a la quiniela cuanto antes...
Abrazos
Son las cuatro de la tarde. En el Centro Cultural Recoleta hay dos veinteañeros que llevan una pancarta elevada hacia el cielo. Regalo abrazos, dice. La idea es tan extraña como tierna. Los menos temerosos se acercan a abrazar, otros, los que rehusan al contacto físico con desconocidos, huyen despavoridos. Yo soy de las primeras. Le aviso a mi amiga que voy a abrazar, ella es de los segundos. Abrazo al más lindo al tiempo que le pregunto cómo surgió la idea. -Un amigo canadiense. Un día andaba triste por la calle y una persona lo abrazó y fue tan importante para el que decidimos hacer ésto....-Yo también estaba triste ayer, pero hoy ya no... contesto. Espero que te haya hecho bien mi abrazo, concluye el. Son las nueve de la noche, abrazar es una accion digna de ser detestable, pienso.


Lucila y sus delirios
Lucila tiene diez años y dos amigos a los que quiere mucho. Uno se llama Pompi, el otro Pame. Lucila está internada en un hospital y le cuenta a su terapeuta la historia de sus amigos. Son una pareja de huevos. Tienen las partes de la cara pintadas con una fibra y los guarda adentro de un bolillero, de esos que se usan en la facultad para tomar exámenes. La mamá de Lucila recuerda el momento más triste de su hija. -Fue cuando usé uno de los huevos para hacerlo frito. Yo no sabía que ella se iba a poner tan triste. Lucila lloró largos días porque su mamá había acabado con su amigo. Ella no puede dormir porque escucha ruidos estruendosos de cuchillazos golpeando las paredes de su casa y se asusta. Por eso su mamá la llevó al hospital.

16/7/08

Mana


Cuando mamá te anunció que yo iba a nacer, estallaste de alegría. Dabas vueltas alrededor de la cama con tu juguete y decías: -La hermanita, la hermanita.... La ansiedad te superaba. Querías tenerme en brazos todo el tiempo, pero a mamá le daba miedo que me acunes, porque lo hacías con la torpeza propia de una nena de dos años. Prueba fehaciente es aquella foto en la que salís mirando a cámara sobre la cama, yo encima tuyo y vos en un gesto tomándome del cuello fuerte, practicamente ahorcándome, tan infinitamente feliz. En casi todas las otras yo estoy copiando tus modos. Disfrazadas de gauchitas, bailando el vals, de indiecitas, con vestidos de volados interminables y elocuentes, rosas, siempre rosas y floreados, con los pelos volados en la nieve, con baldes, palas y rastrillos en el mar. Todavía cuando te referís a mi decís: -Mi hermanita, aunque ya esté entrando en los treinta y me lleves solo dos años y medio. Tus dolores me pinchan como una astilla en la planta del pie, dejandome un vacío insolente en el estómago. Tus alegrías sobrepasan todos mis mecanismos aplastando los límites de mis llantos fáciles. Vivimos tan juntas como pudimos, separadas por las coordenadas geográficas de dos distintas ciudades. Un día anunciaste que querías ser psiquiatra. Papá y mamá gritaron que no. Gritaron tan fuerte como se les antojó pero desestimaste el consejo y seguiste a tu intuición. Ella no podía defraudarte. Fuimos lo que quisimos ser, algunos otoños con más sueños, algunas primaveras con menos. Ahora somos dos grandes mujeres que no se resisten a la búsqueda de un consuelo para sus corazones frágiles a punto de estrellarse contra el velo de una realidad dominada por el gris. Dos grandes mujeres que se empeñan en destrozar las estructuras cuando ya no sostienen, en deshacer los modelos cuando asfixian, en despojarse de los vicios cuando aprietan, luchando en contra de un viento crudo que amenaza con arrebatarles la ilusión. Somos dos mujeres que hacen nuditos con sus enfados y cuando cantan despilfarran colores estruendosos y aromas a flores silvestres por todos los lados de sus alas. Somos dos mujeres bellas de pupilas celestes saltando de cama en cama, de boca en boca, de pantalón en pantalón, riendo de perpetuas insignificancias, que tienen en común un código, que albergan la convicción de que sea al precio que sea, la meta irrenunciable es el disfrute, pugnando por ganarle un pedacito de terreno a la felicidad. Vos sos el sol, yo la luna. Cuando nos cruzamos, la vida se pone su mejor traje de fiesta. Hoy voy a dejar de ser el día por un ratito y voy a habitar la oscuridad del cielo con vos, en el cuerpo de una estrellita fugaz. El amor lo puede todo. Y yo sé que es amor, porque cuando nací ahí estabas vos...

14/7/08

Cabecita calesita


Me detuve un segundo en el gajito de una nube de este cielo
al tiempo que hilvanaba una red minuciosa con todo lo mucho que me urgía para decir
me extravié en las agujas apacibles que surcaron los fines de esa tarde de febrero
en la mezcla del mate y el cigarrillo en las lenguas de las lagartijas
en los destellos precisos de ese sol arrogante
avasallando de luminosidad nuestros sueños
y me reí por enésima vez de nuestras ocurrencias traviesas.
Y justo cuando estaba dándole forma a mi gesto de labios apretados para la fotografía de tres mujeres con los destinos cruzados de lado a lado, un enano con un gorro gigante, y barba azul colgando a sus costados, me asaltó impunemente pidiendo que le entregue todo lo que tenía, ¿que iba a darle yo más que mis palabras? lo más preciado, lo más valioso me arrebató, el unico método que conozco de hacer rodar mi corazón...
Ahora me quedé sin nada para regalar y todo ahí adentro, solo mío.
Pero no me preocupo, por suerte siempre vamos a tener ese cielo Almafuertense, y por suerte las tres sabemos que existe él, que ya se encargó de ponerle música a las más bellas...

Cabecita
llena de cristal
calesita
llena de coral...
quién diría
que ante la gente sin conciencia
te han vísto llorar...porque sí...
Cabecita
de papel maché
calesita ¿cómo girarás esta vez?
Así mi corazón te añorará...
Hueles a humo
humo de vida.
carne rosa
astro labial...
En tu ausencia
ya no hay payasos
solo inútiles...antidiamante
como siempre...
Así mi corazón te añorará,
y así mi corazón te añorará.

Luis Alberto Spinetta

8/7/08

...FLUIR...


De la plaza a mi casa hay quinientos cinco pasos. Lo sé porque uno a uno los conté mientras me alejaba de vos la ultima tarde que te ví. En cada pisada que dejé no pude sacarme de encima el vislumbre de la chica triste. Por eso, entre las cosas que te debo, está la posibilidad de una de mis mejores risas. También las risas que no se ríen quedan debajo de la piel, molestando. Lo lindo de reirme, es que puedo hacerlo de varios colores. Entonces, por caso, cuando te asalte un día lavado y desabrido, yo me reiría de naranja o amarillo para vos. Sucede que en mis últimos cuatro sueños vespertinos te encontré. En el primero me rodeabas con los acordes de tu guitarra, y yo me dejaba arrullar. En el segundo vos y yo hacíamos tiempo hasta que ver caer una estrella del cielo en la estación de un tren que nunca salía. En el tercero bailábamos rock and roll como dos adolescentes de quince que se han dejado las vergüenzas olvidadas. En el cuarto nos quedábamos sin los bordes de las bocas de tanto besarnos, entonces teníamos que besarnos con los párpados de los ojos. En el campo de lo onírico a mi se me ocurre torcer un destino que insiste en alejarme de tu abrazo eterno y en esa tarea tengo casi nada que perder. De un tiempo a esta parte, me he empeñado en abastecerme de diminutos detalles. Tu olor por caso y tu piel. Tengo tantas opciones como soles y vientos. Y ningún cuadradito de todas las baldosas me concierne. Cuando busco en las caras de la gente algún gesto conocido me pregunto: ¿Qué sucede con las cosas una vez que dejamos de creer que son absolutas?. El presente se renueva cambiando de matiz a cada movimiento de mis hombros. Cuando viajo hacia mis sentires, en ese trajín, me topo con ciertas contradicciones, que no son otra cosa que mis flaquezas, mis arrogancias, mis temores, mis excentricidades, mis obsesiones, mis emociones, mis placeres. Adentro mío me retuerzo y en las esquinas, me pliego como una goma a los bordes, giro, retrocedo, me estanco, escupo, pataleo, gozo, me complazco, me regocijo, grito, y algunos días fluyo, sí, aunque no lo creas, fluyo. Ayer, sin ir más lejos, en las últimas treinta y cuatro páginas del libro que más intensamente me leyó tuve un orgasmo que duró una eternidad. Creeme, en esos minutos, el optimismo me creció por debajo de las plantas de los pies para mostrarme que la distancia que me separa de lo que es la felicidad no es más que un camino de miguitas como el de Hansel y Gretel. Los paisajes cambiantes exaltan mi autenticidad, el aire coquetea penetrando a los cubículos de mis pulmones. Entonces, se me da por creer que, como esa tarde en la plaza me dijiste, no son las situaciones las que se modifican, solo los contextos. Ahora, en este exacto latido, si tuviera tu bici, desafiaría al viento y saldría a buscarte para regalarte una risa roja, tan roja como el corazón de Ana. Quizás porque aquel domingo supe que a cinco centímetros mis ojos de tus ojos se despejan todas las incertidumbres, y que a veces cuanto más fácil es no estar solo...

7/7/08

"Nunca he tenido el corazón tan rojo"


...Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases. Si. Podría unir mi vida uniendo casualidades. La primera y la más importante fue la peor…
...Cuando hace frío la mayoría de las cosas van más deprisa o llegan antes, me refiero a las casualidades. Me encanta que haga frío...
...Sentí que algo conocido se había metido dentro de lo desconocido, había llegado al fin de algún sitio. Tuve un pálpito, fue el primero de muchos...
...La casualidad que estabamos esperando...
...Estar enamorada no es fácil. No basta con desearlo, hay que oírlo...
...¿Tú conoces algo que dure siempre?...
...Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro. Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo...

...Esta noche te espero en mi cuarto, salta por la ventana. ¡Valiente!...

LOS AMANTES DEL CIRCULO POLAR.
Mi película favorita.

2/7/08

Puertas que se abren


Viernes. 20 hs. Centro Cultural Recoleta.

Una banda española pone toda su carne al asador. Sabe bien. Sabrosa. Picante. Muchas cuerdas. Una pantalla grande. El cantante poco pelo desaliñeado entona estrofas con sentido y fuma. Cuando habla, cae en banalidades.
En el ingreso del centro cultural hay un cartel que dice Prohibido no tocar. Hubiese sido más preciso y acertado si aclaraba: Aca no hay hombres feos. Insisto, inquieta tanta pose en esta metrópolis. El histeriqueo es mutuo. Ellos y ellas se observan con la insistencia de quien sabe que nunca se animará a traspasar la barrera pero encuentra en eso un goce. Esta especie definitivamente no es la que viaja conmigo en el 12 todas las mañanas a Barracas.

El cielo se torna dolorosamente oscuro. "Ciudad Emergente" es una contundente oportunidad para dejarse llevar a cursos, fiestas y todo cuanto sea apto para ser difundido en una gacetilla.

Miércoles. 21.50 hs. Cine Lorca.

Sobran los dedos de los dos pies para enumerar la cantidad de espectadores que se dieron cita para ver Sex and the City en una de las salas más primitivas de Buenos Aires. Una película excesivamente rosa. Fórmulas fáciles, reconocibles, lánguidas, las de Hollywood. No hace falta pensar mucho. Personajes y situaciones vienen procesaditos. Un menú sin grandes sorpresas, listo para ser digerido sin atracones, y sin por ello dejar de ser apetecible. Admiremos la perfecta belleza de los diseños que nunca vamos a tener. New York. Los Angeles. Ciudades glamorosas, brillosas, impunes.

Pasada la mitad de la película, una mariposa se posa tranquilamente sobre la pantalla del cine. Despliega sus alas, se expande. Yo digo en voz alta, ¿qué es eso? ¡una mariposa!. Los tres gatos locos que se ubican en las butacas de atras se ríen modestamente. P, en cambio, se ríe con una furia histriónica, se ríe sin su mente.

Su carcajada me inhibe. La cinta queda intacta en un aleteo de la mariposa. ¿Se quemó la cinta?. ¿Nos van a devolver el importe de las entradas?. ¿Qué pasa?. Esperamos unos minutos sin saber que hacer hasta que la película vuelve al punto en el que había quedado.

Lunes. 9 hs. La ciudad de las bajas pasiones.

La llegada a Buenos Aires por la autopista es caótica. El colectivo lleva dos horas de demora. Una vez más, tengo los minutos contados. Una vez más, estoy enojada con mi naturaleza. A mi compañero de asiento, eso le hace gracia. Agradezco que se haya sentado a mi lado. Como consecuencia de su amabilidad deberá cargar con mi exceso de equipaje hasta la parada de taxis y allí despacharme hasta mi casa. A veces ser hombre y no ser un cerdo debe ser difícil.

Es mi primer día en mi nuevo trabajo. La mayoría de las personas que conforman el área donde voy a desempeñarme pertenecen al sexo masculino. Esa ha sido una constante en algunos de los empleos que tuve. Me gusta porque me permite ser una buena persona.

Mi jefe tiene el nombre, el auto y la apariencia de un galán de telenovela. Apenas lo veo llegar mi boca tartamudea negándome algún resquicio de palabra y mi cara se muestra tan desencajada como un rizo sobre el rostro de una china. Tiene más de treinta y menos de cuarenta. Antes de saberlo, yo ya sé que este hombre está casado (o amonotonado) y tiene hijos. Lo constataré cuando a pocos minutos de comenzada la jornada, desde su auto y lejos de la empresa, me llame para que abra un mail desde su Laptop. Allí me toparé con la imagen de los cuatro miembros de una familia de estilo publicidad de Pampers. Todos sonrientes, bellos y rechonchos. Se avecinan tiempos difíciles para mi cabecita loca, me grito para mis interiores. Siempre me fue arduo responder ante un superior, no me aventuro a pensar lo tremendo que será responder ante éste, superior en todos sus lados visibles.

Almorzamos en un restaurante paquete. Invita la empresa. Al parecer es una costumbre que se renueva cada vez que alguien nuevo ingresa. Mis ocho compañeros, en su mayoría sentimentalmente comprometidos cargan con una urgencia inhóspita e insoportable por saber de mi. Pero el que insiste en no guardarse ni una pregunta es mi jefe. No tiene pudores, ni se percata de lo inadecuado del momento. El interrogatorio abarca absolutamente todos los lugares comunes del terreno personal. Le interesa bastante poco saber si me recibí de algo, de qué trabajé, cuales son mis metas o si tengo aptitudes. Claro está, pensará que alguna debo tener para haberme ganado ese puesto. Mientras saboreo la mejor merluza de Barracas junto a todos ellos, cerdos depravados, creo que quizás no lo piense, entonces solo deseo que el secreto se tarde en serle revelado.

No estoy acostumbrada a que confíen en mi. Pero tengo la impetuosa necesidad de que lo hagan. Si tuviera que resumir los ultimos días de mis ultimas semanas en Buenos Aires, diría una y trescientas veces esa frase.

Mi obediencia algunas veces es extrema. Cuando trabajo suelo ser exigente conmigo misma. La medida justa, lo que corresponde. No más, no menos. Si tengo que disculparme por mi irresponsabilidad, lo haré sin dudarlo. Si alguien deja de respetarme, se ganará mi desprecio.

Me es dificultoso comprender que todavía existan jefes con sentido común, y que además me den una cuota de confianza previamente a conocerme. Me cuesta asimilar que se practiquen en la realidad valores como la "no explotación" y el "beneficio en común". No me sorprende darme cuenta que las personas en Buenos Aires tengan defectos tan detestables como el de mi jefe. La obsesión por la perfección. Es una manera de escupir la mierda que genera un ambiente viciado de sensaciones densas y oscuras. Todos tenemos una distinta.

Pero estoy en una ciudad cospomopolita, donde millones de pies circulan de la manera más veloz y remiten a voluntades desgastadas, disconformes, bastardeadas, quebradas. Hay mínimas risas y cantos por las calles de Buenos Aires. Tan solo un tercio de energía positiva. Estoy en la ciudad de las bajas pasiones.