19/5/10

convite




Materos!


He creado un nuevo espacio poético. Serán bienvenidos también por ahí. Pasen y saluden!


http://www.poesiasub-limada.blogspot.com/

NoS SeGuImOs LeYeNdO...

13/5/10

Osiris













se trata de esa clase de amor que desconocía hasta que por primera vez él y yo nos miramos a los ojos.





8/5/10

stencil









¿vendría a ser algo así como crecer?





6/5/10

cosas mias






juego con el espejo



Hoy me reí un montón de veces. Sola. Jugar conmigo es de lo más lindo. Estar suelta también. Que no siempre implica ser libre. Estos días me estoy haciendo íntima amiga de mí misma. Y dándome cuenta después de un largo tiempo que la soledad es mi estado de permanencia. Soy ermitaña. Desde chiquita. La gente sólo por un rato. Y aprendiendo a reconocer que es mío y que no. Y a dar por sentada mi locura. Sin lugar a dudas soy un accidente geográfico. Y en eso estoy. Atravesando mis valles. Yéndome por las pendientes. Trazando las perspectivas de mis canales. Miediendo extensiones y márgenes. Extraviándome. Y encontrando razones.  Haciendo pozitos. Dibujandome pájaros y gotas entre los ríos que comprenden los dedos de mis pies. Juntando los picos que andan dando volteretas por los costados. Emparejando las partes torcidas de mis oasis. Nadando. Relojeándome. Por momentos hasta me creo que soy una artesana de caminos bastante simpática y tengo un talento para la risa. Así, con mi espejo circular soy esto que soy.











en la sala de espera de mi psicoanalista







Me gusta pintar. No me lo había hecho notar. Con el pincel cargado pinté la maceta de Alegría de verde, le puse tierra nueva y ahí estoy, esperando a que crezca. Y esperando a que Osiris
pueda venir a vivir a casa. Me cuesta todo lo que no es ya. Debe ser que soy inmadura. Sino fuera así, podría demorar la consumación de mi deseo. Pero no. Inmadura y capitalista. Eso no me gusta. Ni un poquito.







cuando se me da por el optimismo







Qué lindo es mi barrio. Y ver todo por vez primera. Que los negocios abren y cierran cuando tienen ganas. Todos los decibeles bajos. Que la siesta sea la siesta. Mirar por la ventana y ver los viejitos con la bolsa de los mandados y sus perros y sus gatos. La vida que anda sin prisa. El sol incendiando mi casa toda blanca. Una canción de Gilberto Gil.  El mate bien caliente con peperina. Comer semillas. Sí, eso me hace bien. Cuando me dejo estar soy mucho más feliz, y cuando escribo también. Por caso. Lo único que tengo que hacer es vivir. Y eso no tiene que ver con metas, planes, partidas, objetivos. Poquito a poco. A cucharaditas. Nada de agarrar el pote entero. Nada de atragantarse. Improvisar me resulta. Dejar lugar a la sorpresa. Y recibir, también.







Las olas





Ayer leí que la inteligencia tiene que ver con la menor o mayor capacidad de adaptarse a las situaciones. Yo cada vez me resisto menos. Pero tengo que ensanchar el márgen de error. Bastante más. Y un poco menos lapidaria. Y la compulsión a la repetición. Y dale que dale, insistir. Y dejar de buscar. Que cuando llega y sorprende es mejor. Sentarme un rato. Y mirar. Faaaaaa. ¿Viste? Cuando te detenés suceden cosas tremendas también. Por los sentidos. De esas que impresionan de bonitas.







El que nunca paga los floreros que se le caen de la mano







Hurgando cajas encontré las cartas de Jota. En una decía que cada mañana se pregunta ¿Qué querés ser cuando seas grande?. Fotógrafo. Y entonces habla y actúa como un fotógrafo. Me da gracia.
Ser la destinataria de sus cartas cuadriculadas es algo que me encanta. Me pregunto si es por ellas que lo quiero tanto. Y qué clase de amor es esa. Y cómo fue que me lo crucé dos días antes de irme. Y por qué los dos somos tan grises. Y por qué nunca nos dijimos que nos amábamos.
Me pregunto por qué las relaciones perduran.
Quiero una máquina del tiempo que rebobine. Hacer un stop ahí. Tengo que retocar una foto. Darle más brillo y más luz. Oír con atención la música que sale de esa foto. Y olerla. Huele a curry. Soy eficiente. Podría hacer esas dos acciones en tres segundos pero si tengo cinco usaría los dos restantes. Uno para apretar la nariz sobre su espalda y el otro para decirle No. No volvería a Córdoba. Yo tampoco acostumbro a volver a pagar los floreros que se me caen de la mano.





.