7/3/10

justicia por cuenta propia



Quiero el amor que me corresponde
el que merezco
el que me espera
lo quiero todo junto y ahora
debajo de esta luna.
Que las lánguidas raíces que regué
sean campos frondosos y eternos
que se hagan ceniza
las soledades en todas sus fotos y letras
y sean llanura los surcos profundos de mis domingos.
Mañana pueden mis litros de sangre rebalsar un vaso
mis nervios confundirse con cables de alta tensión
mi razón ser una alfombra de rosales secos
mis dedos transformarse en las puntas de una tijera oxidada
sin poder tajearle al tiempo ni la caperuza de sus horas.
Quiero toda la paz que se me estuvo negando 
en nombre de la justicia y del hombre 
no en dosis alucinógenas ni en efímeros trances
la quiero toda junta
visible
concreta
atravesando mi sien
 ahora.
No tengo más suspiros
ni proclamas ni lamentos
siquiera para dedicarle
al viento ni a la negrura de la noche.
Quiero eso que se me niega
en nombre del futuro
lo que atenta contra el desgano
porque es mío
me pertenece
y soy una nada
de una nada
que nada
y nada
y nada
sin hallar jamás
la perspectiva del monte
ni de la orilla del río.





6 comentarios:

Thotila dijo...

No buscamos todos eso? Problablemente... Pero no todos podemos decirlo de una manera tan bella.

Unknown dijo...

Hermoso poema. De los que más me gustaron tuyos. Lamentablemente el acaecer del mundo no está regido por ninguna justicia que distribuya los encuentros y las alegrías de acuerdo a un criterio justo. Sólo nosotros podemos intentar torcer un poco el rumbo, y a veces ni siquiera.

Gracias por pasarte siempre, beso!

Totoda dijo...

precioso...

Lucia Loydi dijo...

uufff mi querida,,,cuanta razon tiene...quiero te.

Anónimo dijo...

Las lánguidas raíces que regaste ya se han convertido en campos frondosos... Y si no lo crees me remito al viernes a la noche en el Oeste. La rompiste!!! ja ja
Besos enormes. La Mummy

María Eugenia dijo...

Thotila: todos podemos todo, estoy segura.

Joaquín: Ay! pero cuando podemos... que enormes somos!

Totoda: gracias mana.

Ematomma: mi hermosa luciérnaga. las locas como vos y yo no tenemos razón, ¿cuánto hace que la perdimos?

Mamá: eso también es amor, merecido amor...