26/3/08

LA LEY DEL MAS FUERTE


Tal vez con esto vaya a caer en un lugar común. Tal vez el debate archiconocido acerca de los derechos y las libertades individuales, te haya saturado. A mi también. Pero hoy me urge la pregunta: - Mi derecho a la libertad, ¿termina donde empieza el derecho del otro?, ¿Cuál es el fino trazo, la delicada línea que divide a uno del otro?. Vale destacar que esta es una de las ideas propias del liberalismo como filosofía política. Es sobretodo, la afirmación de la individualidad por encima de la solidaridad y de la acción conjunta. Me refiero a que según esta premisa, el yo es más importante que el nosotros. Siendo más clara y dejando de lado la elegancia en la terminología, lo expondré de la siguiente manera: para que mi libertad pueda expandirse, tengo que tomar el espacio donde se manifiesta la tuya. Para que yo pueda protestar y ejercer mi derecho al reclamo, tengo que hacer desaparecer el bien común, no me interesa negociar, ni llegar a un acuerdo con vos, porque sencillamente mi derecho ahora es más importante que el tuyo. Por eso, actuaré como si viviera en una isla en la cual no convivo con nadie. Lo dicho anteriormente, fuera de contexto corre el riesgo de situarse al borde de la exageración, no así si se tiene en cuenta lo que acabo de vivir.
Escribo este alegato luego de pasar 17 horas arriba de un colectivo tratando de llegar a un destino que se volvió inalcanzable. Tenía un boleto donde decía que a las 8.30 de la mañana estaría en la terminal de Córdoba. De allí me dirigiría a mi trabajo, con los minutos contados. Sin embargo, el paro agrario hizo que mi transporte, junto con muchos más, se detuviera en la ruta a las 3 de la madrugada a esperar un mínimo de consideración por parte de un grupo de hombres que tenían en sus manos nuestra suerte. Cuando el colectivo quiso desviarse por un camino de tierra, como contrapartida recibimos piedrazos en las ventanillas y la amenaza de que si volvíamos a la ruta, nos iban a matar a palos. Nos dirgimos a la terminal de un pueblo pequeño llamado General Villegas (del cual no guardaré buenos recuerdos) y allí debatimos posibles soluciones. Las horas pasaban y la incertidumbre crecía. Muchos teníamos obligaciones que cumplir en Córdoba. Estábamos varados. Cada tanto, recibíamos partes de otros omnibus que intentaban pasar, ellos nos advirtieron que el paso para volver a Bahía Blanca también estaba interferido por cosechadoras, 4x4 (debo admitir que eran demasiadas) y otras maquinarias agrícolas. La solidaridad se instaló entre los pasajeros. Conseguimos agua caliente para una mamá joven que tenía que alimentar a su pequeña. Intercambiamos galletitas, cigarrillos, abrigos y agua. Fue entonces cuando me acordé del cuento de Cortázar "La autopista del sur". Aclaro, lo relatado aquí se sitúa al margen del reclamo en cuestión del cual me abstengo de opinar. Solo diré que el campo está pugnando por una reforma agraria desde hace mucho tiempo y era hora de que se dieran cuenta lo postergado que se encuentra el sector en la agenda política. Claro que sería bueno que la desición política que se tome, favorezca a los pequeños y medianos productores y no a aquellos que componen la "oligarquía".

Pero volviendo al tema... en este caso, el fin, ¿justifica los medios?. Si la respuesta a este interrogante es afirmativa, entonces deberíamos reflexionar acerca de que tipo de sociedad queremos tener.

10 comentarios:

Laura Albertini dijo...

Yo entiendo que se quejen, que se hagan escuchar, que protesten por lo injusto, pero de ahí a apedrear colectivos y amenazar que si pasan los agarran a palazos me parece demasiado, no???
Un beso mujercita

María Gabriela Costigliolo dijo...

Todo es demasiado amigas, todo esto que pasa es demasiado hoy les toca a ellos, mañana a lso medicos, pasado a los maestros y asi sucesivamente se traslada el caos socuial de sector en sector ... sectores con mas con menos pero todos estamos siempre pendientes de un pequeño hilo que hoy lo maneja un gobierno soberbio y lleno de agujeros en politicas sociales. Un beso

dañe dijo...

El discurso "la libertad de uno termina donde empieza la del otro" es el mejor sistema de vigilancia y autocontrol existente. Incluso supera al Panóptico y al Gran Hermano.

Anónimo dijo...

Cortar las rutas es un delito.
Todo reclamo es válido, pero para cada cosa hay un lugar.
Deberían reclamar en las plazas, que es el lugar natural de la vida política de las ciudades, y por otro lado, causarían menos inconvenientes a la gente honesta que más allá de su posición, necesita circular libremente, como es su derecho.

Anónimo dijo...

Creo que la reforma agraria no es el raclamo principal ni el tema de fondo.
Por otro lado, una protesta (cualquiera) que no moleste no funciona.
Andrés.

Anónimo dijo...

Lau: es un tema complicado, tomar posicion sin caer en los extremos, si te tiras para el lado del individualismo sos una hdp, si te solidarizas tambien perdes porque el trabajo no te lo devuelve nadie, en fin... todos perdemos con esto, eso esta claro. Yo estoy de acuerdo con el paro, lo q no significa que joda..

Gaby: agujeros sociales, donde? yo no vi ninguno... No escucho el discurso de Cristinita anoche? si estamos barbaro...
Espero que cuando nos toque a los comunicadores alguien salte por nosotros!

El fusilado: si claro, pero la gente se desborda cuando le tocan el llobolsi, y entonces le importa un carajo el espacio del otro, vio?

Andrés: Primero, el tema de fondo no es el tema de mi artículo, si mencioné algo fue desde la escasa información que tengo asique pido disculpas.
Segundo, estoy de acuerdo con vos, lamentablemente.

Silbar dijo...

y así pasará otro piquete más, otro corte que interrumpe la vida y los derechos de personas que nada tienen que ver...

Anónimo dijo...

Amalio: si, bajar películas del e-mule también es delito y nadie parece escandalizarse mucho. Que no sea condenable ¿lo exime de serlo?
Entiendo que cortar rutas es la unica forma de ejercer presión, y de hecho fue la manera de hacerse oir, pero deberían dejar circular a particulares y a colectivos que nada tienen que ver con esto.

dañe dijo...

Euge: Es justamente lo que quiero decir. A la gente, entendiéndola como masa,le tocan el llobolsi constantemente, es parte de la esencia de la masa: la alienación, la falsa conciencia y la libertad bien pegadita al derecho a la propiedad (física e intelectual)privada. Porque mi libertad termina donde empieza la del otro, el problema es que hay gente que tiene la libertad más grande, vio?
Por otra parte soy uruguayo y no tengo ni idea como fue este tema de los cortes...ta?

jorge gómez dijo...

Lleguè tarde a este post, pero està bueno. Igual que el blog.

Saludos