27/10/08

Yo vivo en una ciudad donde la gente se va a la oficina sin un minuto de más







Esta ciudad es la ciudad donde todo siempre está a punto de explotar pero nunca explota.


Esta ciudad es el camino obligado a la delincuencia en cada uno de los hombres débiles en los que la paciencia sucumbe al fin.


Esta ciudad es un rubio de rulos largos con el torso desnudo escapado de un lejano Woodstock cantando una melodía de los Beatles en Parque Rivadavia.


Esta ciudad es los bares más oscuros con sus baños más limpios de abundante papel higiénico.


Esta ciudad es los parques donde el verde es una fachada a través de la cual se sigue degustando el cemento.


Esta ciudad es sus casillas de libros usados, sus ferias de objetos, zapatos, ropa y carteras de la abuela avasallando las veredas.


Esta ciudad es sus vendedores ambulantes traficando piratería como pan caliente en los subtes, adelantando argumentos de películas como si.


Esta ciudad es el agobio de la gente leyendo de pie, encorvada, sobre los hombros de otra gente, sobre sus faldas, leyendo always.


Esta ciudad es la egoísta circulación de luz y el olor estupefacto que el aire adquiere en los trenes, los cigarrillos encendiéndose impacientes a dos centímetros del vagón, las caras esquivándose en los andenes.


Esta ciudad es Constitución, una platea de ojos al borde de la escalera, el terreno donde próximamente la lucha será cuerpo a cuerpo.


Esta ciudad es la gente pateando chicos y los chicos durmiendo pateados alrededor de los restos de pan.



Esta ciudad es la violencia de sus medios de transporte materializada en los gestos desgarrados de sus peatones.


Esta ciudad es no mirarse nunca a los ojos, huir hacia otros fragmentos del espacio, pero no a los ojos, no vaya a ser cosa que...


Esta ciudad es la cuna del cine, el despilfarro de literatura, los pensamientos modernos, los hombres con bigotes, los discursos contradictorios, las drogras psicodélicas, los prendedores, los franceses, europeos, irlandeses y yanquis diciendo que agradable es Buenos Aires.


Esta ciudad es la perfección de la música electrónica incendiando todos mis sentidos, la cerveza artesanal más sabrosa en los cafés irlandeses de San Telmo.


Esta ciudad es el botánico y sus muchos gatos.


Esta ciudad es la trascendente explicación de mis actos y sus razones, la necesidad absurda de la nicotina después de las seis, mi diafragma soberbio desparramándose en mi hamaca paraguaya.


Esta ciudad es el Abasto con las mañanas de sol de Luca y sus tomates podridos convertidos en hamburguesas.


Esta ciudad es la esquina del Polaco Goyeneche frente a la estación Yrigoyen, es Barracas, es su gris.


Esta ciudad es un tobogán por donde se lanzan despistadas mis ideas, y hoy una dificultad para encontrarse.

Esta ciudad son los mil teatros de mi barrio, la paceña que vende verduras a la vuelta de mi casa, mis vecinos ocupas gritando delirios.


Esta ciudad es las arboledas de Caballito, el olor a madera vieja de la estación del subte A, las frutas más refulgentes en los puestos del Mercado del Progreso, las lamparitas de la sala del Oeste.


Esta ciudad es la humillación hilvanada en una canción de Devendra Banhart, los besos abultando las sábanas, un futuro que atamos a las patas de la cama con la premura suficiente para que no se escape durante un sueño nocturno.


Esta ciudad es un desquicio, en cada una de sus figuraciones, en cada una de mis tribuaciones, es también y más que siempre, un espejo y una trampa.

8 comentarios:

Diego Mira dijo...

Espectaculares descripciones.
Nunca me gustó Buenos Aires y el sólo hecho de pensar en lo que es Constitución me da asco. Me acuerdo cuando me tomaba el tren con 18 años recien cumplidos para ir a entrenar a Independiente, el trayecto hasta llegar a Villa Dominico era soportable para uno que ama jugar a fútbol, pero ahora no podría volver.
Muy bueno tu texto, de verdad.
Nena, por qué no te escribís un libro? A mi blog le tuve que meter la mina del día para ver si de esta manera mis amigos entran jaja.
Un beso desde (ahora) Mallorca

María Gabriela Costigliolo dijo...

siempre dije: que bella es Bs As de paso...solo de paso... Un beso amiga..extrañaba leerte.

Javier Pallero dijo...

estas muy porteña...

tanguística y maravillosamente porteña.

Creo que vivís en el mismo edificio donde atiende Dios, no?.

Decile que tengo turno a las seis.

un abrazo!

Anónimo dijo...

Hola amiga, bellisimo como siempre. Y mejora. Te quiero y aunque no deje comentarios te leo cada vez que actualizas.-
besos Martita

Anónimo dijo...

Euge... te dije que prefería no hacer comentarios, que te leo siempre, pero que no... que mejor comentarios no. Hoy no pude contenerme.
Ojalá pudiera describir de ESA forma a ESA ciudad.
Me dijiste que pensabas tomarte la escritura "en serio". Euge, si esto no es en serio... qué es!!!!
Abrazos desde tu querida Córdoba, que sigue linda como siempre.
Vale

Thotila dijo...

Usted ofrece una mirada distinta de mi ciudad, mirada que comparto en casi todos los aspectos, reconozco que puede ser un desquicio, pero los que vivimos aqui toda la vida no conocemos otra forma, es esta mi opinion aunque no me considere ciudadano tipico, pero probablemente lo sea. En el punto que disiento con usted es en el de ciudad tramposa, no se si sea tan asi, es por lo menos un punto discutible, si lo es en el sentido de falsa, esta ciudad es mucho mas careta de lo que a muchos les gustaria reconocer, tambien es muy quejosa e histerica.
Le confieso algo, cada vez que paso frente al Mercado el Progreso, miro para arriba, y desde las ventanas del primer piso, busco una mirada complice.

Saludos.

Anónimo dijo...

Diego: aventurero! que pena que te haya regalado ese recuerdo tan gris, Buenos Aires es una ciudad tan hermosa como misteriosa, si lo fue para Cortázar, como no serlo para mi!!!
gracias por pasar... el libro vendrá, inevitablemente...

Gaby: gracias a usté tambien, como siempre!

Karma: lamento decepcionaros, dios no vive donde vivo yo, a propósito, dios, existe?
abrazo!!

Martita, amigota! que lindo que pases siempre, te quiero...

Vale: bienvenida entonces! como no sonrojarme ante esos halagos, y mas sabiendo que vienen de alguien que quiero, esa rubia debilidad de grandes ojotes celestes!!

Thotila: que no se malinterprete, que el bosque no le impida ver el arbol, que esta ciudad es de la hostia, quien que no la conozca puede decir lo contrario!, es una trampa, porque te atrapa entre sus garras y aunque la detestes no podrás dejar de amarla, es seductora, es violenta, histérica y careta, todo eso y mucho más...
Desde ese primer piso algunos creemos en el arte para liberarte!

un abrazo!

Anónimo dijo...

María Eugenia: Dios existe!! Es una pena que no lo hayas encontrado aún. La fé ayuda a que la vida sea más llevadera. Beso. Tu madre.