3/1/08

Entrevista a María Teresa Propato

"Me hubiera gustado ser todo lo que fui"

Perdida en su enorme sofá por la pequeñez de su figura y al lado de su fiel compañera Punky, una gata montesa a la que malcría como a una hija, María Teresa Propato, periodista y directora del periódico Hoy día Córdoba, se sumerge en un minucioso y detallado recorrido por su historia periodística. Cuando habla lo hace de forma apacible con esa voz seductora que le ha regalado ni más ni menos que la posibilidad de convertir en realidad muchos de sus sueños adolescentes. A través de ella se permitió vivir cada momento con la intensidad del unico.
Nació por casualidad en Brasil, pero está plantada más que nadie hace casi 80 años en esta tierra argentina.Todavía se sorprende y se deleita con el relato de sus anécdotas más curiosas, como si fuera la primera vez que las da a conocer. Su intrepidez, su irónica forma de ver la vida y su lúcida capacidad de reflexión, la convierten en una periodista de raza y en una persona absolutamente cautivante. María Teresa vivió los años más gloriosos del siglo pasado y todavía tiene cuerda para rato. Un privilegio para los que la tenemos cerca. Este es mi más modesto homenaje.

¿Cómo comenzó a trabajar en los medios de comunicación?

De forma absolutamente casual. Respondiendo a una vocación que había manifestado desde muy chiquita, quise ser docente y estaba ejerciendo como maestra de 6to grado de la Escuela Nº 1 de Mar del Plata, llegó fin de año y al saber que estaban inaugurado una nueva emisora radial, organicé una visita de los chicos hacia radio Mar del Plata. Cuando llegamos, había un señor bajo y gordito subido a una escalera, colgando una gran escarapela en el frente y yo me enteraría después que ese señor era Jaime Janckelevich, el dueño de radio Belgrano. Entramos, yo me quedé viendo a la gente que hablaba delante de un micrófono. Cuando se abrió la puerta y me hicieron pasar yo entré con toda tranquilidad, no me di cuenta de lo que significaba que la próxima que tenía que hablar delante del micrófono era yo. Me dieron un librito para que leyera y yo leí. Fue una travesura, pero tuvo consecuencias porque en el control estaba el señor gordito y me hacía señas con el dedo para que fuera a conversar con él, me llevó a su despacho y me preguntó si quería trabajar en la radio. Yo le contesté que era imposible, estaba muy contenta con mi condición de maestra y además en mi casa no me iban a dejar!...me preguntó que otras cosas podía hacer y le dije que era profesora de música a lo que contestó: - Ah! entonces puede hacer la discoteca. Ahí terminó supuestamente el episodio, pero a mí me quedó la idea dando vueltas en la cabeza, y al otro día volví. No dije nada en mi casa. A a los 8 días estaba organizando la discoteca.

¿En qué consistía ese trabajo?

A la emisora llegaban todos los discos desde Buenos Aires y había que organizarlos, yo de eso sabía poco y nada, sin embargo tenía una cultura musical amplia, sabía de discos, qué era lo que se escuchaba en ese momento, por suerte que allí había gente de Radio Belgrano que me fue ayudando... A los pocos días me preguntaron si sabía escribir a maquina y yo con una desfachatez total y absoluta les dije que sí!, me pidieron que escribiera un micro y que le pusiera un título que quisiera, ¿qué es un micro?, pregunté, - Un programa chiquito, me dijeron y yo escribí mi primer programa que se llamaba “Una mujer frente al espejo”, y era la impresión que a mí me había dado enfrentarme con ese mundo de la radio y salió al aire dicho por mí. A partir de ahí ya no paré más, cuando llegó el tiempo de iniciar las clases, yo presenté mi renuncia a la escuela.

¿Cómo tomó su familia esa decisión?


Yo debo haber trabajado muy bien la moral de mi papá y mi mamá porque no se opusieron, además fueron a la radio, vieron que era un lugar de trabajo como cualquier otro y no hubo problemas...

¿Cómo conoció a su marido, (el periodista Roberto Propato)?


En la radio, adonde él fue también por casualidad, a raíz de un concurso que se hizo para encontrar voces nuevas. Tenía una voz hermosísima, microfónica, una forma de hablar sumamente agradable y seductora. Se presentó para un casting, venía de haber cursado su cuarto año de medicina y tercer año de filosofía y letras en Buenos Aires, venía escapado de una familia que lo amaba y lo quería proteger demasiado, el ya tenía 26 años, era hora de que lo desprotegieran un poco, la cuestión es que terminó casándose conmigo. Lo ví por primera vez cuando entré a la oficina de contaduría, ahí estaba el señor Propato, - El señor acaba de ser seleccionado para el casting de nuevas voces, me dijeron y yo le dije:
- Bienvenido!, tan bienvenido se sintió que no se fue nunca más, fue un 22 de noviembre, el día de la música, 6 años después de haber entrado yo a trabajar a la radio. Yo para ese entonces ya era directora artística de la radio, la conocía como un guante por el derecho y por el revés, había hecho todas las escalas, había aprendido a organizar la discoteca, a escribir microprogramas, programas más largos, libretos para radioteatro, de adaptaciones de películas, había tenido la oportunidad de tocar el piano también en programas infantiles...

¿Cómo fue trabajar en ese medio y cuáles fueron las figuras más importantes que recuerda haber conocido?

Yo estuve, excepto brevísimos intervalos en que nacieron los chicos, treinta años en la radio, en los que ella pasó a ser parte de mi vida. Me dediqué en el micrófono a hacer una audición de cine, gracias a la cual se me dió la posibilidad de conocer a muchísima gente. En Mar del Plata se hizo el primer festival de cine. Ese fue mi primer ingreso al mundo propiamente de la radio en conexión con el cine, pude hacer entrevistas y reportajes que a mí me deslumbraron, pude entrevistar a Gina Lolobrigida, a Herold Flinn, de conocer a Mary Pickford. Para alguien como yo que era tremendamente aficionada al cine, porque siempre he sido una espectadora interrumpida, sin solución de continuidad. Imaginate lo que significaba estar a pocos centímetros de las figuras que había admirado, era algo maravilloso!. Además, una buena parte del tiempo que yo trabajé en la radio lo hice también en televisión, en canal 8, haciendo críticas cinematográficas, crónicas de espectáculos... Ahí fue donde conocí a Paul Newman, que fue como zambullirse en un mar celeste, un hombre encantador, que fue el que más me impactó. Conocí a muchos directores y actores del teatro nacional, Orestes Caviglia, Eva franco, Delia Graces, Zully Moreno, a George Sadull, uno de los teóricos del cine más importantes de Francia, a Abel france, el que hizo aquel ensayo de la pantalla dividida en tres que fue un antecedente del cine mascope y todo lo que se hizo en materia de pantalla ancha, tengo un libro con la dedicatoria suya. Conocí a Luis Sandrini, a Nina Pastorini, a Mirtha Legrand en la época en que ella y su hermana eran figuritas del cine, a Zully Moreno.

¿Me podría contar cómo fue que conoció al director de cine, Toshiro Mifune?

Fue a raíz de los festivales. Se empezaba a trabajar desde la mañana, a la hora en que se podía pescar fuera de todo protocolo a algunos actores que anduvieran recorriendo la cuidad sin demasiados mirones. Yo estaba sentada en la plaza Colón, a media cuadra del Hotel Hermitage y el Hotel Provincial donde paraban las estrellas, allí estaba vigilando que podía pescar para mis entrevistas con mi grabador, entonces se sienta al lado mío un señor de poco pelo, de estatura mediana tirando a baja, de poquito pelo, bigotito, una persona gris, nada particular. Yo no reparé en que era oriental, era de tez blanca. La cuestión es que estuvimos mirándonos los dos un rato, el muy cordial me saludó, yo le respondí...Y a la noche de ese día yo voy a la recepción que ofrecía la embajada japonesa y me recibe en la puerta del salón un señor con un kimono negro impresionante, con su colita agarrada atrás de la cabeza, con una espada de esas tipo samurai a la cintura, una cosa impactante. Mi sorpresa fue cuando me doy cuenta que el señor que me besa la mano y me hace una reverencia, era ese mismo señor que yo a la mañana había visto en la plaza: Toshiro Mifune.

¿Qué es lo que distingue a la radio de aquel entonces de la de ahora?

La de antes era muy distinta de la de ahora, yo soy una buena oyente de radio, soy consumidora de radio. Ahora en cada programa que sale al aire se menciona un equipo importante de gente que trabaja detrás, en aquel momento, la persona que hablaba en el micrófono generalmente escribía lo que decía, su propio guión, en el control había un operador con el que uno se entendía por señas, había un locutor de turno que es el que hacía los avisos y había un locutor especial que insertaba las frases especialmente contratado para esa voz, había números en vivo, había quebradas con disco y pará de contar, no existía la formalidad que hay ahora en cuanto a cantidad de gente para cada especialización...

¿Alguna vez fue censurada? ¿Tuvo situaciones difíciles?

Si tuve bajadas de línea... - María Teresa, tenga cuidado, hay quienes dicen que usted es comunista, me dijeron en una ocasión. Yo no he sido comunista, quizás he coincidido en algunas cosas con el sistema pero sin saberlo, sin proponérmelo.

¿Tiene algún referente radial o televisivo de aquella época y de ahora?

Yo por razones profesionales escucho radio local, lo cual no me provoca ningún placer. Sigo mucho los informativos, me interesa para poder escribir, el paso a paso, las menudencias, pero los programas que me gustan son los musicales. Al que sigo mucho es a Jorge Martínez, me interesa la forma de hacer periodismo que tiene, lo miro con ojos de bióloga, no es que me guste todo lo que hace pero es interesante porque me da la pauta de hasta que punto se venden todos aquellos que se prestan a una entrevista, son capaces de decir cualquier cosa para sostener un personaje que han inventado. De mi época, me gustaba por ejemplo Chas Cruz. Un periodista que fue un innovador fue Nicolás Manceda, el creador de periodismo como espectáculo, eso lo hizo muy bien, todo dentro de un plano comercial.

¿Cómo vivió la época de la ultima dictadura militar?

Yo estaba trabajando, fue mi ultimo período en la radio pero ya estaba más aplacada, no me gustaba tanto el trabajo que hacía porque se había automatizado mucho el trabajo, por ejemplo, toda la parte comercial iba grabada. Yo dejé la radio en ese momento porque sentí que se había roto algo. Además de otras circunstancias familiares, lo que es más importante de aquellos años fue que se produjo en mí la pérdida de la inocencia, un montón de cosas que uno ha vivido con tanto entusiasmo, con tanto interés y que de repente pierde la magia, es un poco como el entierro de los sueños. Fue la desaparición de una época. En aquel momento se despertó en mi un interés enorme por todo lo social, descubrí otro aspecto del periodismo, me empezó a interesar la política, empecé a ver otras cosas que antes no había sabido ver, se terminó una etapa.

¿Considera al periodismo como una profesión o piensa que debe ser vista como un oficio? ¿Es necesaria la formación académica para ser un buen periodista?

Se va haciendo oficio en la medida en que te hacés experto en todos los mecanismos de los medios, pero es una profesión por lo que tiene de profesar. Es una especie de religión atea que te hace pasar por alto un montón de cosas para conseguir lo que querés, lo correcto o lo incorrecto, es un afán enorme por lograr el objetivo que uno busca, a veces se llega a extremos que por ahí no son plausibles. Pero todo lo que se sabe sirve por añadidura, yo en la radio tuve ocasión de canalizar todo lo que había aprendido de literatura, de música, de cine, como docente. Eso está demás en la medida en que deforme el entusiasmo que uno tiene, en la medida en que te vuelve falto de interés, falto de espontaneidad.... La prueba está en que hay cada vez más especializaciones. El periodismo necesita del saber de otras disciplinas. Ahora, creer que con el conocimiento que puedas tener de otras ramas podés ser periodista, no. Podés ser una persona ilustrada, pero ser periodista es tener un berretín enorme con esa profesión, encontrarle el interés social, el periodista está siempre como ante un gran fresco de la realidad, es parte y es espectador, es las dos cosas.

¿Cuál es su idea acerca del periodismo actual?

Yo creo que el periodismo es uno solo, cuando se habla del periodismo actual se habla de las formas espurias que tiene el periodismo a través del tiempo. Las ha tenido antes y las tiene ahora, porque oportunismo hubo siempre y lo seguirá habiendo. Es verdad que con el advenimiento de los nuevos medios se bastardea mucho al trabajo periodístico, ese alarde de mal gusto, esa chismografía barata, ordinaria, a ultranza, que se hace con la excusa de que a la gente le gusta. Eso es una mentira enorme, a la gente le interesa eso que se le induce a que se interese. Adonde va Vicente?, a donde va la gente. El hombre es un animal de costumbre. En realidad creo que todo tiene que ver con la degradación cultural que hay en la sociedad, en una sociedad enferma de inculta, tiene que prosperar eso.
Otra cosa que yo no entiendo, a los periodistas que dicen: -Yo trabajo de tal hora a tal hora..., el periodismo no tiene horarios, no entiendo como alguien que trabaja en los medios puede pasar en el colectivo por al lado de un accidente o lo que sea, y al ver algo que está sucediendo, no se interese y vaya a preguntar, que pasó, como sucedieron los hechos, que no ponga el cuerpo, que no tenga ese instinto que caracteriza al periodista. Con el advenimiento de la tecnología, se espera que todo llegue via internet, que la información llegue de las agencias de noticias.
Pero lo peor de todo, sin duda, es la mercantilización que hay en el periodismo.

¿Por qué sigue escribiendo y que la motivó a elegir la gráfica en este momento de su vida?

Yo sigo escribiendo porque estoy viva y porque ya es indivisible la cosa. Está incorporado a mí. Tal vez porque sé que el día que ya no escriba estoy lista para el viaje. Y la gráfica, porque yo escribí por vía de la radio, tuve la oportunidad de conocer a Julio Korn el dueño de la editorial....... que tenía revistas como Radiolandia, Antena. Fue el hombre que inició el periodismo de espectáculos. Y él me interesó para que escribiera las cosas de los festivales, las anécdotas, entrevistas, y después seguí escribiendo. Siempre me desarrollé simultáneamente en las tres áreas. Yo creo que el periodismo es abarcativo, integral. Si vos querés reflejar algo, podrás hacerlo con más o menos habilidad en una u otra rama, pero no hay tantos impedimentos.

¿Cuál es la enseñanza más importante que le dejó esta profesión?

A mí me enseñó a ver, y me dio la suficiente experiencia para decir que la mayoría de la gente pasa ciega por la vida, con anteojeras, no percibe lo que sucede a su alrededor.

¿Qué hubiera sido sino fuera periodista?


A mí me hubiera gustado ser todo lo que fui, periodista de radio, de televisión y de gráfica. El periodismo aplicado a cualquiera de sus vertientes. Tal vez lo que cambiaría serían algunas actitudes que tuve en mi vida que me hicieron renunciar a seguir metida en esto cada vez más, pero llegado el momento de elegir entre eso y la familia que podía formar, no tuve opción. Entonces el periodismo pasó a ser un colateral mientras no me impidiera seguir siendo mamá y esposa. En ese sentido el periodismo es absorbente y dominante, nunca se le puede pedir que espere, por el contrario hace que tenga que esperar todo el resto. La gráfica pasó a ser lo que me resultaba más viable.

3 comentarios:

Nicolás Fassi dijo...

Muy emocionante. Gracias por todo.

Anónimo dijo...

sé del empeño que pusiste para entrevistar a esta "vieja señora", gracias por rescatar, desde el corazón, una parte tan importante de su vida. Gracias por quererla, admirarla y valorarla.
Marite

Anónimo dijo...

no me canso de leerla.

Nico