2/1/08

Una de amor



Se puede partir de cualquier cosa. Quiero ver una película que me recomendaron, pero es sábado a la noche y alguien tuvo la osadía de ser más veloz que yo. Propones una oriental. Creo en vos. Siempre fui aficionada al cine oriental, pero no quería decírmelo a mi misma. La dicha tiene tu rostro. Me gustas.
Cuando Harry conoció a Sally.
Los ojos demasiado juntos. El pelo despeinado. Pantalones a rayas. Remeras oscuras. La noche nos encuentra en un bar. La noche es traviesa cuando se teje el azar. Estás solo al pie de una barra. Me enamoré al pie de una barra. Tomas de tu cerveza. Te miro. Me miras. En una mirada, caben mil sensaciones extrañas apretadas. Mirarnos nos sale bien. No hay disimulo. La música es tan solo un telón de fondo.
El amor (primera parte)
Regreso en busca del cine y de vos. Me preguntas si quiero seguir autorizando a la misma persona para que pueda alquilar películas a mi nombre. Decís un nombre de varón. Me sonrojo. No, te contesto.Te reís y en tu risa me sacudo los miedos. Me río sin mirarte. No hace falta explicar nada.
La vida es un milagro.
Los días se suceden. Despojada de mi dvd, sin videocasetera, me dedico a disfrutar mi affair con la pantalla grande. No puedo dejar de pensar en vos. No me sale inventarme una excusa para cruzarme en tu camino. Te busco detrás de la vitrina. Tu rostro está en todas mis películas. Tu risa en todas mis imágenes. Solo yo te miro.
Todo un invierno sin fuego.
Son las tres de la mañana. La noche ya no se presume interesante. El calor hace que mi ropa y yo seamos una sola cosa. La lluvia vendrá a llevarse todos los deseos incumplidos.
Camino por las veredas pobladas de cuerpos extasiados. En una esquina te encuentro. Vos con tu pantalón a rayas. Pero distinto. El azar toma las riendas de nuestros pasos. Me decís tres palabras. Te contesto cinco. Quisiera decir más ahora. Estaba desprevenida. Volvería el tiempo atrás. Detendría nuestros relojes en ese minuto para pegarme a tus brazos.
Llego a mi casa, estiro mis piernas en la cama. No puedo dormirme.
Un crisantemo estalla en cinco esquinas.
Es lunes. La calle está desierta y no hay un alma que llevarse a la boca. Cierro la puerta del lugar que guarda tus horas. Pongo mis manos sobre el mostrador sin decir nada. Te das vuelta. Ahí estás, ahí estoy. Tu boca se abre apenas. Practicas tu más tímida sonrisa. Se abre un silencio eterno entre tus ojos y los míos. Espero a que pidas mi número de teléfono. Hoy pienso llevarme una película de amor.
Volver.

1 comentario:

María Gabriela Costigliolo dijo...

ooo muy tierno, me despertó curiosidad tu blog, como veras, lei caso todos los post..